Crónica de un final anunciado. Ibarra se despide de Boca después de 36 partidos, en donde cosechó un total de 20 triunfos, 7 empates y 9 derrotas. Números que dan una
mirada parcial de lo que resultó el ciclo de Hugo Ibarra, contextualizó Román Iucht en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Boca tuvo una Liga ganada de forma taquicárdica a fines del 2022 cuando Boca empató con Independiente y Jonathan Galván no pudo convertir de penal frente River, lo que hubiera cambiado la historia en favor de Racing.
Además, una Copa Argentina que, lejos de resultar un ordenador cuando la ganó frente a Patronato, fue una suerte de placebo para estirar una agonía que resultaba evidente.
Un equipo que nunca logró conseguir un rendimiento colectivo y que siempre dependió de las individualidades, y que cuando las mismas decrecieron en su rendimiento, mostraron todas las descosturas del conjunto de la Ribera.
El colombiano Mauricio Serna, parte del Consejo de Fútbol, confirmó la salida del “Negro”. Al mismo tiempo reconoció que la decisión se demoró, en parte, por el viaje de Juan Román Riquelme al partido en homenaje al Villarreal.
En búsqueda de un cambio paradigmático en el modelo riquelmista
El club ya inició contacto con Gerardo Martino, quien agradeció el interés pero no aceptó la propuesta.
Se está atravesando un cambio de paradigma: la conducción riquelmista, desde hace tres años, ha mostrado una idea de entrenadores que iban de la mano de la experiencia (Miguel Ángel Russo) y derivados de la función de técnicos de la Reserva (Sebastián Battaglia y el mismo Ibarra).
Pero siempre con una presencia fuertemente intervencionista del Consejo y de Riquelme. Por eso el hecho de pensar en un DT con otro perfil, es pensarlo más autónomo.
En apenas 9 días, Boca se enfrentará al Monagas de Venezuela por la Copa Libertadores. y el próximo sábado, frente a Barracas Central, el interino será el actual técnico de la Reserva, Mariano Herrón.
Lo concreto es que, en un año de elecciones y fuertemente político, Boca pega un golpe de timón, apostando a un modelo de conducción completamente diferente. ¿Habrá realmente un cambio?
