Los policías que mataron a Blas Correas hablaron antes de la sentencia: qué le dijeron a la familia

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Antes de la lectura del veredicto por el asesinato de Blas Correas en Córdoba, los policías acusados por el crimen dieron este viernes sus últimas palabras y le hablaron a la familia

del adolescente.

En total son 13 los agentes imputados en el juicio cuya sentencia se conocerá en las próximas horas, pero dos de ellos son los apuntados como coautores del asesinato y los fiscales pidieron prisión perpetua.

Se trata de Javier Catriel Alarcón (33) y Lucas Damián Gómez (38), quienes negaron haber disparado sin motivos a Blas y sus amigos en la noche del 6 de agosto del 2020 pero le pidieron perdón a la familia "por todo lo sucedido".

Alarcón pidió permiso al jurado y sacó una hoja de su bolsillo derecho para leer esas últimas palabras: "No soy un asesino, no maté a nadie, no quise hacerlo tampoco, no ayudé a nadie a matar, tampoco auxilié ni formé parte de un homicidio", comenzó Alarcón.

Soledad Laciar, la mamá de Blas. Foto: La Voz.
Soledad Laciar, la mamá de Blas. Foto: La Voz.

Y siguió: "En segundo lugar quiero reiterar mi más sentido pedido de perdón para las víctimas y la familia de las víctimas". 

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Por su parte, Gómez pidió "perdón por lo sucedido" y aseguró que no quiso "quitarle la vida a nadie".

"Quiero realmente pedir perdón por lo sucedido, no fue mi intención querer quitarle la vida a nadie, eso mi dios lo sabe", señaló. Y siguió: "Quiero pedirle perdón a la familia de Blas, que me sepan entender que no le quise quitar la vida a nadie".

Los fiscales Fernando López Villagra y Marcelo Hidalgo pidieron prisión perpetua para Alarcón (33) y Gómez (38), como coautores de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego y calificado por haber cometido en abuso de su función por un miembro de las fuerzas policiales".

Los otros 11 policías fueron acusados por encubrimiento y otros delitos conexos. Las penas solicitadas para ellos van de 5 a 6 años.

Fueron 205 días desde que empezó el juicio en la Cámara 8va. del Crimen, en la ciudad de Córdoba, con un jurado popular.

"Los acusados nos trataron como locos. Tenía esperanza de que algo dijeran y no lo dijeron", dijo Soledad Laciar, la mamá de Blas, instantes antes de la lectura de la sentencia.

Blas fue asesinado en la madrugada del 6 de agosto de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia de COVID-19. ​La tarde anterior visitó a sus abuelos y a eso de las 19.30 fue a tomar una gaseosa a un bar, adonde lo esperaba un grupo de amigos del colegio (cursaban el último año de la secundaria).

Pasada la medianoche decidieron ir a la casa de uno de ellos a jugar a la Play. Subieron al Fiat Argo blanco de uno de los cinco adolescentes (todos de entre 17 y 18 años).

"Dieron un giro equivocado en una calle. Según muestran las cámaras de seguridad, unos metros más adelante había dos patrulleros y policías con armas esperándolos. Los jóvenes se habrían asustado y por eso no se detuvieron. Sin dar ningún aviso, la Policía comenzó a disparar hacia el auto", indicó Amnistía Internacional, que siempre acompañó a la familia de Blas.

Fue en un retén sobre avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, frente al complejo Pablo Pizzurno. El chico recibió un tiro que ingresó por la luneta del auto y le atravesó la espalda. "Kito: me dispararon", alcanzó a decirle Blas a uno de los compañeros, que lo llevaron a una clínica, donde se negaron a atenderlo.

"Camino a otro hospital, fueron nuevamente interceptados por la policía, que les impidió seguir. Blas murió sin llegar a ser atendido. Los policías intentaron encubrir la escena y simular un supuesto enfrentamiento entre los jóvenes y los agentes implicados", añadió el documento.


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