Con seis crímenes en cinco días, en Rosario volvieron a multiplicarse los homicidios tras el último refuerzo de gendarmes y policías federales. Este domingo a la noche mataron a balazos un hombre de
Walter Daniel Portillo y Miguel Ángel M. (50) estaban en una vereda del barrio Tablada cuando les dispararon desde un auto. Hacia las 19, ambos cayeron con múltiples heridas y los llevaron hasta el Hospital Provincial, pero el primero falleció.
La Agencia de Investigación Criminal (AIC) secuestró 14 vainas servidas durante el operativo. Los peritos recogieron material balístico incrustado en la fachada de una vivienda ubicada sobre Chacabuco al 3400, donde estaban ambas víctimas.
Según la versión preliminar, un vecino se encargó de llevar a los heridos hasta el Hospital Provincial. La muerte de Portillo por disparos en el tórax se confirmó poco después de su ingreso.
El segundo paciente permanecía alojado este lunes en el área de terapia intensiva, ya que sufrió lesiones en el abdomen y las piernas.
De acuerdo a la denuncia que recibió el fiscal Alejandro Ferlazzo, los asesinos utilizaron un Volkswagen Bora gris. Al menos tres personas iban a bordo del vehículo.
A partir de esta descripción, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) se hizo cargo de la investigación para dar con los agresores y determinar el motivo de la balacera fatal.
El homicidio de Portillo fue el segundo en el barrio Tablada en menos de 24 horas. La noche anterior, un chico de 15 años falleció por un ataque similar en un pasillo cercano al cruce de Garibaldi y Patricias Argentinas, unas diez cuadras al sur.
Gustavo Andrés Filippi sufrió al menos cinco heridas y murió en el acto. En el mismo lugar le dispararon a José (17), su hermano mayor, que sobrevivió y fue internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez Heca) por una lesión en el glúteo.
Desde que la Nación envió a 400 integrantes de las fuerzas federales para fortalecer los operativos de seguridad, el departamento Rosario sumó 19 homicidios en 33 días. Si bien el promedio de casos disminuyó en comparación con los primeros dos meses del año, la situación en la ciudad se complejizó por otro tipo de acciones violentas.
Aunque se registraron menos crímenes a partir de mediados de marzo, se mantuvieron los atentados contra diferentes instituciones públicas e incluso entidades bancarias. Sin ir más lejos, este sábado balearon dos escuelas de la zona noroeste.
Uno de los objetivos de los tiradores fue el Complejo Rosa Ziperovich, sobre el cruce de Albert Sabin y Juan B. Justo. El edificio que funciona sobre la ex Avenida de la Travesía es la sede de la primaria bilingüe Cacique Taigoyé. Allí asistía Máximo Jerez (11), el nene asesinado el 5 de marzo en un ataque vinculado a la disputa de bandas narco en el barrio Los Pumitas.
A unas 20 cuadras de este lugar dispararon 12 veces contra la Escuela 84 "José Mármol". En el barrio Ludueña encontraron dos notas con mensajes mafiosos y anónimos, similares a los que secuestraron los investigadores en el otro sitio. "Leí el contenido, pero no lo puedo divulgar. No era una amenaza para la institución ni para los niños", aclaró la directora Ana Ugarte.
Tanto el establecimiento de Larrea al 300 bis como el Complejo Rosa Ziperovich amanecieron sin clases y con custodia. A pesar de esta decisión, en el primero se mantuvo el servicio de la copa de leche y el comedor, según confirmaron desde el Ministerio de Educación de Santa Fe.
A partir de estos últimos ataques, la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe) convocó a una protesta frente a la sede local del Gobierno provincial. El secretario general del gremio en Rosario, Juan Pablo Casiello, anunció la concentración este martes a las 11 de la mañana en la Plaza San Martín, de modo que desobligan al personal y la actividad en las escuelas se suspende entre las 10.30 y las 14.30.
EMJ
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