Claudio Echeverri todavía no debutó en Primera pero el mundo ya habla de él. A tal punto que Real Madrid puso los ojos sobre su talento, el que ahora desparrama con la
Según los medios madrileños, como también los catalanes Mundo Deportivo y Sport, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid evalúa hacer una importante inversión para quedarse con el crack de River de 17 años, quien figura también en el radar de otros clubes de Europa que lo siguen desde que deslumbró al mundo con cuatro golazos a la Juventus en la Venice Cup de 2017.
En aquel entonces, Echeverri tenía apenas 11 años. Y Carles Puyol habló con Rodolfo D’Onofrio para iniciar gestiones y llevarlo al Barcelona. Pero en River pusieron un freno. Ahora, estos nuevos intereses del Madrid, el PSG, el Milan, Feyenoord y Genk se potenciaron con el rendimiento del Diablito en el Sudamericano Sub 17, en el que lleva tres goles y tres asistencias en 154 minutos jugados.
Conscientes de esta situación, los directivos de River intentarán buscar un acuerdo por la extensión del contrato que el pibe firmó el pasado 2 de enero (justo cuando cumplió los 17) hasta el 31 de diciembre de 2025 y una cláusula de 25 millones de euros, que se eleva a 30 en los últimos días del mercado de pases. Según pudo averiguar Clarín, ya hubo charlas con su representante, Enzo Montepaone.
Echeverri también fue noticia hace poco cuando Lionel Scaloni lo sumó a un entrenamiento con la Selección Mayor en el predio de la AFA en Ezeiza. Tras esa práctica, se sacó una foto junto a su ídolo, Lionel Messi y luego fue elogiado por Angel Di María.
En River, mientras tanto, no solo buscaron blindarlo con una rescisión importante que ahora desea aumentarse, sino que también Martín Demichelis lo proyecta como uno de los juveniles a promover a corto plazo, e incluso lo sumó a la lista de buena fe de la Copa Libertadores. Una expectativa que está alineada con lo que esperan de él en la Selección: Diego Placente lo ungió capitán y le dio la “10” de la Argentina en el Sudamericano del que ya es figura.
Dueño de un gran talento, a tal punto que quienes más lo conocen se animan a resaltar que en su juego tiene la capacidad cerebral de Marcelo Gallardo y las gambetas y la picardía de Ariel Ortega, Echeverri viene adaptándose al mundo del fútbol desde chiquito, cuando se fue de su Resistencia natal para mudarse a la Capital Federal.
Se trasladó a los 10 años junto a sus padres Domingo y Rosa, y a su hermana Mariela. Todos ellos se mudaron a un departamento alquilado por River y tenían pasajes para visitar a los otros cinco hermanos mayores que se habían quedado en Chaco.
Ese sacrificio de a poco va dando sus frutos. Sobre todo, luego de sortear obstáculos, como lo fue la fractura que el “Diablito” (apodo que se ganó por el “Diablo” Marco Etcheverry, el futbolista más destacado de la historia de Bolivia) sufrió en la vértebra lumbar el año pasado y que lo dejó cinco meses afuera de las canchas. Eso ya quedó atrás y ahora desparrama su talento sobre el verde césped.
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