Bahía Blanca: un hombre se negó a un control de alcoholemia y se atrincheró 5 horas en su auto

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Un automovilista permaneció atrincherado casi 5 horas en el interior de su vehículo luego de negarse a ser sometido a un control de alcoholemia, en el marco de un operativo realizado este viernes

por la madrugada en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca.

El episodio ocurrió a las 4, cuando integrantes de la Guardia Urbana cumplían un operativo de control y alcoholemia en la avenida Alem y Córdoba, a pocos metros del Parque de Mayo, uno de los espacios públicos más grandes de la ciudad.

Fuentes de la Guardia Urbana indicaron que "en un momento dado se procedió a identificar al ocupante de un automóvil Fiat Siena, el cual negó brindar la respectiva documentación como así también a someterse al test de alcoholemia", comentaron.

Y siguió: "Ante dicha situación, el conductor se negó a salir del rodado y permaneció en su interior por espacio de casi 5 horas, pese a que también se hicieron presentes efectivos policiales", agregaron.

Tras llamar a su padre, quien se acercó al lugar, éste hizo entrega de la respectiva documentación por lo que el conductor salió del vehículo, el cual fue secuestrado y se labró una infracción, añadieron las fuentes.

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"Por algún motivo se cree que el auto no va a ser secuestrado si alguien conduce sin la documentación y, al ser parado en un operativo, puede llamar a un familiar para que se la traiga. Eso no es verdad. Si se constata que viene manejando sin la documentación, se tiene que secuestrar y punto. El resto podrá ser evaluado por el Juzgado de Faltas", explicó la misma fuente.

Qué pasa si un conductor se niega al examen

Las autoridades advierten que negarse a hacer el examen es siempre una mala decisión. Porque así, según explican, lejos de "zafar", sólo se consigue sumar problemas e incluso agravar el castigo.

"La negativa a someterse a un control de alcoholemia se asimila a un resultado positivo", indicaron a Clarín desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), uno de los organismos que realiza pruebas de alcoholemia en rutas de todo el país.

Es decir, que si la persona impide que le realicen el test, las consecuencias serán las mismas que las de estar alcoholizado. Y no sólo eso: en muchos casos le aplicarán sanciones más severas que las que le corresponderían al grado de ebriedad que tiene.

"El conductor no puede seguir manejando. Se le labra una infracción, se le retiene la licencia y también su vehículo", mencionaron en la ANSV. Y detallaron que eso es lo previsto en las distintas normativas provinciales.

La ley también aclara que "la simple negativa o resistencia por cualquier modo para cumplir con dichas pruebas configura falta grave". Y establece que si un conductor agrede a los agentes, se encierra en el vehículo, intenta evadir el control u obstaculiza de algún otro modo el test, "será sancionado con los plazos máximos de inhabilitación".

Desde el Ministerio de Transporte de la Provincia le confirmaron a Clarín que esto está en plena vigencia y se hace cumplir: "Si un conductor se niega a realizar el control o sopla mal en varias oportunidades, se toma como positivo y se aplica la sanción disciplinadora", además de impedirle seguir conduciendo.

La rebeldía ante el test de alcoholemia se castiga ahora en la Provincia con 18 meses de inhabilitación para manejar. Es decir, la misma pena prevista para quienes circulan con más de 1,5 gramo de alcohol por litro de sangre, los casos más graves.

Si un conductor, en cambio, maneja alcoholizado pero en un nivel de hasta 0,49 y hace el test, la pena es de tres meses de inhabilitación de la licencia. Con niveles de 0,5 a 0,99, quienes colaboran con la prueba se quedan sin manejar por 6 meses; y de 1 a 1,49, durante 12 meses. Es decir, menos que los que se niegan a soplar la pipeta.

DB

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