Presentaron en la UCA el libro del Episcopado sobre su rol en la dictadura

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Foto Ral Ferrari
Foto: Raúl Ferrari.

Con un llamado a "buscar nuevos caminos de reconciliación", a un pleno respeto a los derechos humanos y en memoria de

las víctimas de la dictadura, fue presentado este miércoles en la Universidad Católica Argentina (UCA) el libro "La verdad los hará libres: la Iglesia católica en la espiral de violencia en la Argentina 1966-1983", que contiene documentación desclasificada del Vaticano y la Conferencia Episcopal Argentina que confirma el rol de esa institución durante esa época.

La presentación se realizó en el auditorio San Agustín de la UCA, con la participación de la comisión editora de la obra integrada por los teólogos e historiadores Carlos María Galli, Luis Liberti, Juan Durán y Federico Tavelli, acompañados por Paula Pérez Alonso, editora de Grupo Planeta, encargada de la publicación que consta de tres tomos (hasta ahora se publicaron dos y el tercero saldrá en setiembre).

"Es un libro conmocionante, equilibrado y justo. Una obra valiosísima, no sólo por la autocrítica tan esperada del papel de la Iglesia en la dictadura, sino también por la manera en que fue encarada. Lo leí estremecida y agradecida", expresó Pérez Alonso.

Impulsada por el papa Francisco y la actual conducción del Episcopado, que encabeza monseñor Oscar Ojea, se trata de una investigación histórica a partir de la desclasificación de toda la documentación relacionada a la violencia política de los '70 y la represión durante la dictadura cívico-militar, que se encontraba archivada en el Vaticano y la Iglesia argentina.

El segundo tomo en particular revela las conversaciones reservadas entre las autoridades de la Iglesia católica y los jerarcas del régimen militar, el "rol activo" que el vicariato castrense asumió en el marco del ejercicio del terrorismo de Estado y las vacilaciones y contradicciones internas del Episcopado en los '70.

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"La obra es un aporte no solamente a la historia de la Iglesia sino a toda la historia argentina, con detalles que hasta el momento no se conocían, con documentación reveladora que ojalá abra paso a otras investigaciones y testimonios que ayuden a dar con el paradero de los que permanecen desaparecidos", dijo Tavelli, uno de los autores.

Carlos Mara Galli Foto Ral Ferrari
Carlos María Galli. Foto: Raúl Ferrari.

Por su parte, el padre Galli aclaró que en el libro "no se suscribe a la teoría de los dos demonios, ni tres, ni cuatro, sino que se trata la violencia desde distintas dimensiones -física, estructural, política, paraestatal- hasta la bestia apocalíptica que significó el terrorismo de Estado".

"La inmensa mayoría de los lectores y la prensa recibió la obra muy bien. Solo recibimos críticas desde los dos extremos: aquellos que criticaron que no sostuvimos suficientemente que la Iglesia alentó a la guerrilla y, por otro lado, aquellos que señalaron que no dijimos suficientemente que la Iglesia fue cómplice de la dictadura".

En tanto, Durán citó al papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti, al destacar que "nunca se avanza sin memoria", y reconoció que este trabajo "era algo pendiente dentro de la Iglesia que debería haberse producido mucho tiempo antes".

Al reflexionar sobre los aportes que deja la obra, el teólogo habló de la "recuperación de la memoria", destacó que es "la voz de las archivos la que habla, de manera valiente, honesta y sin ocultar nada" y dijo que busca "nuevos caminos de reconciliación" en la sociedad argentina y que los derechos humanos "sean respetados siempre y dirijan los caminos de la patria".

También se emitió un video con un mensaje del vicepresidente primero del Episcopado, monseñor Marcelo Colombo, quien dijo que el objetivo fue "poner a disposición de la sociedad toda la información disponible" sobre el rol de la Iglesia en esos años "muchas veces criticada y cuestionada, pero que también tuvo esfuerzos silenciosos para resguardar la vida" de las victimas.

Información reveladora


Con la información desclasificada, que incluye actas de reuniones secretas, queda contrastado en el libro el papel en apoyo de la dictadura militar que jugaron obispos como Adolfo Tortolo -quien fue titular del Episcopado y vicario general castrense-; el entonces arzobispo de Buenos Aires, Juan Carlos Aramburu, y el nuncio apostólico Pío Laghi, entre muchos otros, en contraposición con la actitud de otros obispos como Jaime De Nevares, Vicente Zazpe y Miguel Hesayne, entre los pocos miembros de la jerarquía eclesiástica que denunciaron el terrorismo de Estado.

Foto Ral Ferrari
Foto: Raúl Ferrari.

Previo a la publicación de los libros, algunos documentos de la información desclasificada fueron presentadas ante la Justicia argentina -concretamente ante el juez federal Ariel Lijo- con el objetivo de "ayudar a lograr una justicia largamente esperada", según indicó la CEA en comunicado.

La desclasificación de estos archivos también fue un pedido realizado durante mucho tiempo por los organismos de derechos humanos: referentes como Estela de Carlotto o la fallecida Hebe de Bonafini lo solicitaron en múltiples oportunidades a las autoridades de la Iglesia argentina e incluso al papa Francisco.

De hecho, el viernes pasado, los autores del libro se reunieron con Carlotto en la sede de Abuelas.

"Fue un encuentro muy cercano, emotivo y positivo. Les manifestamos nuestra disponibilidad para colaborar en todo lo que pueda contribuir en sus líneas de investigación y búsqueda de los nietos. Abuelas se mostró también muy cercana y con gran interés por nuestro trabajo y todo lo que esto pueda aportar"; explicó Tavelli en diálogo con Télam.

"Esta obra, pensada en tres tomos, es el fruto de un largo proceso de sistematización e investigación impulsado por la CEA, con la colaboración de organismos de la Santa Sede, que comenzó en el año 2012 con la sistematización de la documentación existente en torno a la década del '70 del siglo pasado y custodiada en los archivos de la Conferencia Episcopal y de la Santa Sede", explicó el Episcopado en una carta de presentación de la obra.

Jorge Bergoglio tuvo un papel protagónico en la publicación de la obra: en 2012, antes de ser Papa, formó parte de la conducción del Episcopado que impulsó la apertura de los archivos a víctimas o familiares, y luego en el 2013, ya como pontífice, dio instrucciones para que también se abrieran los de la nunciatura apostólica en Buenos Aires y los de la Santa Sede para este estudio.