Cómo el sistema de código QR reconfiguró la industria financiera

Por Alejandro Scasserra

Sin embargo, no es un fenómeno aislado: en todo el mundo las empresas financieras de base tecnológica crecen a tasas exponenciales. En la mayoría de países, si no en todos, el debate entre bancos, fintech y organismos reguladores ha estado presente.

En China, por ejemplo, la plataforma de e-commerce Alibaba estrenó Alipay en el año 2004 apalancando en su enorme cantidad de usuarios. El grupo Tencent hizo lo propio años después a través de su producto WeChat, lanzando WeChat Pay. Desde el año 2012, ambas empresas ofrecen pagos con QR, convirtiéndose en uno de los medios de pago preferidos en ese país.

En general, los bancos chinos han visto a las empresas fintech como una oportunidad para innovar y mejorar sus servicios financieros en línea, en lugar de una amenaza existencial. Los reguladores chinos han adoptado una actitud de apoyo y promoción de la innovación y la competencia en el sector financiero. Sin embargo, eso no quiere decir que las reglas de juego no se hayan tenido que emparejar para todos.

En Europa, existe una broma bastante extendida que dice: “América lo inventa, Asia lo produce y Europa lo regula”. En el caso de la innovación financiera, no es la excepción. En 2018, ante la afloración del fenómeno fintech y la necesidad de una estandarización en los servicios de pago, la Unión Europea emitió la famosa “Directiva de Servicios de Pago 2”, conocida como “PSD2”.

Esta norma dio un marco regulatorio a las fintech y al creciente fenómeno de la banca abierta. También amplió la capacidad de supervisión de los bancos centrales sobre las entidades financieras, teniendo estas últimas que pedir autorización al regulador para hacer determinadas actividades.

Otro caso paradigmático en Europa es el de Bizum, en España, la plataforma de pagos inmediata creada por los principales bancos de ese país para afrontar la amenaza del creciente fenómeno fintech. Lo curioso de Bizum es que nació como una iniciativa para fomentar las operaciones en línea entre bancos; sin embargo, ya han empezado a incorporar a las fintech. Por ejemplo, desde septiembre de 2022, el banco digital N26 se ha incorporado a esta red. Bizum ya supera los 25 millones de usuarios.

Estados Unidos es un caso aparte. El conflicto entre los bancos y las fintech ha sido más complejo y prolongado que en otros países, debido a la naturaleza altamente regulada del sector financiero y la fuerte presencia de los grandes bancos tradicionales. Sin embargo, Estados Unidos es la cuna de las principales BigTech, y también de algunas de las fintech más importantes del mundo.

En los últimos años, fue notorio el avance de las grandes compañías de tecnología como Apple, Google, Amazon y, más recientemente, Twitter, hacia los servicios financieros. Asimismo, gigantes fintech como Paypal, Chime y Stripe se han posicionado a escala global, y esto preocupa a los grandes bancos norteamericanos.

Respecto de los proyectos regulatorios integrales en la región, tenemos el caso de México, en 2018, y Chile, en 2022. Ambos países han lanzado su ley fintech, en la que buscan que sea el regulador quien apruebe a las empresas que cumplan con ciertos estándares.

Las opiniones están divididas al respecto. Muchos sostienen que la ley ha puesto normas claras y ha ayudado a la colaboración entre bancos y fintech. Otros sostienen que las demoras por parte del regulador para aprobar proyectos y la falta de actualización de la norma están dinamitando el desarrollo del sector.

Finalmente, está el caso de Brasil. La iniciativa de PIX lanzada en 2020 se ha convertido en un ejemplo mundial para el desarrollo de la innovación en pagos inmediatos y la integración entre bancos y fintech. Ha habido algunas objeciones por parte de algunos jugadores con respecto a los costes de implementación y las bajas comisiones que busca implementar el sistema, pero al final ha fomentado la colaboración entre los distintos actores.

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