¿China no quiere que la guerra en Ucrania termine pronto?Intereses en juego y especulaciones en Europa

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La diplomacia europea está convencida de que China quiere que la guerra en Ucrania dure lo máximo posible.

Esa idea, que circula hace tiempo entre diplomáticos y que ha

La diplomacia europea está convencida de que China quiere que la guerra en Ucrania dure lo máximo posible.

Esa idea, que circula hace tiempo entre diplomáticos y que ha

sido debatida por los cancilleres, se hizo pública por primera vez esta semana por el nuevo presidente checo, el ex general Petr Pavel, quien durante su carrera militar llegó a ser miembro del Alto Mando de la OTAN y dirigió su Comité Militar entre 2015 y 2018.

Pavel ha venido a decir lo que muchos en la diplomacia europea piensan pero ninguno se había atrevido a decir en público.

China presentó un plan de paz para forzar a Rusia y a Ucrania a declarar un alto el fuego. La diplomacia europea cree que es un plan erróneo destinado al fracaso porque para empezar no exige la retirada de las tropas rusas de los territorios ocupados en Ucrania.

Pero sobre todo, los diplomáticos europeos creen que Beijing propuso ese plan a sabiendas de que iba a ser rechazado porque en realidad quería mantener una imagen de país neutral, no porque quisiera acabar con la guerra.

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Un soldados ucraniano en la devastada ciudad de Bajmut, en la región de Donetsk, en el este. Foto: AP
Un soldados ucraniano en la devastada ciudad de Bajmut, en la región de Donetsk, en el este. Foto: AP

Los diplomáticos europeos consultados por Clarín en los últimos días consideran que China estima que esta guerra, mientras esté constreñida militarmente en el sudeste ucraniano y no provoque daños económicos mucho peores que los causados hasta ahora, le viene bien.

A la potencia asiática le sirve para varios objetivos. El primero es el debilitamiento militar de Rusia, que va consumiendo hombres, armamento y municiones a un ritmo superior a su capacidad de producción material y de formación de soldados. Cuando más débil sea Rusia mejor para China porque la relación será cada vez más desigual en favor de Beijing.

El régimen de Xi Jinping también piensa, creen los europeos, que en la situación actual Rusia ha perdido a sus principales socios comerciales y económicos, los europeos, y que tendrá que girarse hacia el este.

¿A dónde irá el gas barato que vendía a Europa y que los europeos ya no le compran? ¿A dónde irán sus inmensas reservas de petróleo cuando las exportaciones de hidrocarburos son su principal fuente económica? Si no van a Europa irán sobre todo al este, piensa Beijing.

Una muestra de tecnología y equipamiento para la industria del gas y el petróleo, este lunes en Moscú. Foto: EFE
Una muestra de tecnología y equipamiento para la industria del gas y el petróleo, este lunes en Moscú. Foto: EFE

Los intereses del país asiático


La guerra tiene efectos en el escenario del sudeste asiático y el Pacífico que a China le interesa mantener. Estados Unidos ha vuelto a centrarse en Europa, sobre todo militarmente, donde ha reforzado una presencia que se iba debilitando desde el final de la Guerra Fría. Vuelven los estadounidenses a sus bases europeas, vuelve su material militar y su interés.

Un Estados Unidos concentrado en Europa deja espacio en otras partes del mundo que interesan a China, como el sudeste asiático, el Pacífico y Oriente Medio.

La guerra también está sirviendo al gobierno de Xi Jinping -y a muchos otros países- como escenario donde ver las últimas tácticas militares, como el uso masivo de drones, tanto de reconocimiento como de ataque. Para ver la importancia de una potente fuerza antiaérea para mantener fuera del teatro de operaciones a la Fuerza Aérea rusa o para advertir que Moscú parece usar las mismas tácticas militares que se usaban en la Segunda Guerra Mundial: machacar una zona con artillería para después lanzar sobre ellas oleadas de hombres. Por ahora sin éxito.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, estuvo en China con su par Xi Jinping a comienzos de abril. Foto: REUTERS
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, estuvo en China con su par Xi Jinping a comienzos de abril. Foto: REUTERS

Pocos dirigentes europeos defienden que China pueda tener un papel para acabar con la guerra, pero entre ellos está el presidente francés Emmanuel Macron. Durante su visita de tres días a China a principios de abril, el francés dijo que Beijing “con su estrecha relación con Rusia, que fue reafirmada en los últimos días, puede jugar un papel importante”.

Sin citar a Macron, el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, rechazaba esa idea días después: “China se niega a condenar la agresión rusa, repite la propaganda rusa y sostiene a la economía rusa”.

El checo Pavel considera que la situación actual lleva a Rusia a ser cada vez más dependiente de China y que así Beijing conseguirá de Moscú concesiones que antes de la guerra hubieran sido impensables. También entiende que el país asiático ve cómo los europeos, enviando masivamente armamento y munición a Ucrania, se están debilitando militarmente.

Pavel cree que China aprende de esta guerra: “La siguen de cerca, ven lo que hace Rusia y cómo reacciona Occidente”.

Bruselas, especial

CB​

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