Crimen de Lucas González: el forense determinó que el tiro mortal en la cabeza fue realizado desde "adelante"

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En el marco de la quinta audiencia del juicio oral por el asesinato de Lucas González a mano de policías de la Ciudad, el médico forense que realizó la autopsia declaró

que el disparo que terminó con la vida del joven fue realizado de "adelante hacia atrás". Además, indicó que el cuerpo presentaba otras dos lesiones: una correspondiente a un proyectil de un arma de fuego y una quemadura en la mano.

"El cuerpo presentaba tres lesiones: dos producto de proyectiles de arma de fuego y una lesión compatible con una quemadura en una de sus manos", declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 porteño Alejandro Rullan Corna, forense de la morgue del Poder Judicial de la Nación y encargado de realizar la autopsia de Lucas. Con respecto al tiro mortal en la sien, el especialista explicó que fue de "adelante hacia atrás, de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo", por lo que el homicida estaba de frente cuando disparó al joven de 17 años.

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En cuanto a la lesión en la mano de Lucas, el médico la describió como "compatible con un objeto circular de 0,5 a 1 centímetro de diámetro, en la mano derecha, en el primer espacio entre el dedo pulgar y el índice". Si bien aclaró que no pudo determinar con qué elemento fue causada, indicó que es compatible con el diámetro de un cigarrillo y que fue ocasionada cuando el adolescente estaba con vida. "Es una lesión cercana a la muerte. Es una lesión vital, con el paciente vivo", detalló Rullan Corna.

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"La segunda lesión está descrita como un surco que produjo una quemadura. No ha penetrado el proyectil y no provoca la muerte, sino que afecta piel y tejidos subcutáneos. No pude determinar la trayectoria", agregó el forense en relación al otro disparo. Esta segunda bala afectó la mejilla del lado derecho.

Lucas González
Juan José Nieva (izq.), Fabián López (centro) y Gabriel Isassi (der.) están acusados por el crimen de Lucas.

Luego de la declaración de Rullan Corna, testificaron Daniel Corach, biólogo y especialista en huellas digitales, y Enzo Canónaco, médico genetista. Ambos especialistas ratificaron que analizaron las pruebas de ADN extraídas a los catorce policías de la Ciudad imputados en la causa, tres por el crimen de Lucas (Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Isassi) y once por el encubrimiento del hecho y las torturas contra los tres amigos que lo acompañaban.

Asimismo, en la jornada declararon dos peritos de la PFA encargados del análisis de las muestras odoríficas tomadas a los imputados, además de las agentes Lorena Miño y Micaela Fariña, a quienes le dictaron en la instrucción falta de mérito pero sigue investigadas. "Se tomaron muestras sobre una réplica de un arma de fuego que estaba en un vehículo y sobre los asientos de ese vehículo. Dieron positivo sobre las pericias a Cuevas (Héctor, principal), Fariña y Miño. El análisis da un 90 por ciento de efectividad", relataron los testigos.

Los policías acusados habrían actuado con "desesperación" luego de los hechos

Durante la audiencia también declaró Claudia Moreira, subinspectora de la Policía Federal (PFA), que participó de los primeros peritajes en la esquina de Perdriel y Alvarado, de Barracas, el lugar donde ocurrió el homicidio de Lucas. La mujer informó que en la escena "había aproximadamente alrededor de 150 personas de la Policía de la Ciudad", que se encontraban "uniformados, de civil y con chalecos de la Brigada".

"Constantemente querían subir al móvil donde estábamos (con su equipo de trabajo), pero se les pidió que no lo hagan. Nunca había visto tanto personal policial y de civil. Querían saber qué había dicho la doctora (funcionaria judicial), qué había decidido", indicó la agente.

Lucas González
Lucas González (17) era jugador de fútbol del Club Barracas Central

Moreira aseguró que "nunca" estuvo "en un procedimiento con tanta gente" y que notó "desesperación" por parte de los policías porteños, aunque aclaró que en ningún momento le sugirieron qué debía hacer. En ese sentido, señaló que cumplía órdenes del subcomisario de la PFA Pablo Andrés Blanco, jefe segundo de la sección de Intervenciones Judiciales de dicha fuerza y encargado de la recolección de pruebas el día del hecho.

Las tareas que realizó Moreira fueron el traslado en calidad de detenido de Huanca, el amigo de Lucas que se dio a la fuga tras el hecho y que se presentó en una comisaria de Barracas a las pocas horas, así como entrevistarse con médicos y la familia de la víctima en el Hospital Penna de Parque Patricios, donde incautó prendas del joven y una esquila de bala, la cual resguardó por separado de las prendas.

mb / ds