La campaña en Estados Unidos no será como en 2020: eso es bueno y malo para Joe Biden

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Es probable que esta vez no haya graznidos de gansos que interrumpan sus discursos.

El presidente Joe Biden, que aspira a un segundo mandato, no tendrá que depender de conexiones

Es probable que esta vez no haya graznidos de gansos que interrumpan sus discursos.

El presidente Joe Biden, que aspira a un segundo mandato, no tendrá que depender de conexiones

de Zoom defectuosas, ni pronunciar discursos en teatros prácticamente vacíos, con los asistentes sentados en sillas rodeadas de círculos marcados en el piso para garantizar el suficiente distanciamiento social.

Sus asesores no analizarán el brote de gripe de 1918 en busca de pistas sobre las votaciones en épocas de pandemia.

Con el país cada vez más normalizado, Biden puede volar a actos de campaña multitudinarios en el Air Force One, hacer anuncios políticos desde el Rose Garden y ocuparse no sólo de la campaña presidencial sino también de los asuntos mundiales con sus acciones.

Biden habla en un acto de campaña en marzo de 2020. Foto: AP archivo
Biden habla en un acto de campaña en marzo de 2020. Foto: AP archivo

Así como la campaña de 2024 será enormemente diferente de la de 2020, estropeada por el coronavirus, Biden no podrá conservar la Casa Blanca haciendo lo mismo que hizo para conquistarla hace tres años.

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No más actos virtuales


Los actos de campaña virtuales ofrecidos desde un playroom convertido en estudio de su casa de Delaware y el evitar viajar durante meses seguidos no le servirán esta vez.

Un retorno a ritmos de campaña más típicos presenta tanto oportunidades como posibles desafíos para Biden.

Los confinamientos hicieron que la campaña de 2020 fuera mucho menos agotadora, tanto que Donald Trump acusó con frecuencia a Biden, ahora de 80 años, de ignorar a los votantes.

Saludo con codos, en plena pandemia durante la campaña de 2020. Foto: Mandel Ngan / AFP
Saludo con codos, en plena pandemia durante la campaña de 2020. Foto: Mandel Ngan / AFP

Pero evitar las multitudes también dificultó que Biden despertara entusiasmo en sus seguidores. También evitó el tipo de interacciones espontáneas con el público y la prensa que llevaron a metidas de pata memorables en el pasado, pero que a veces crearon momentos entrañables.

"Si algún candidato presidencial se benefició del molde virtual de 2020, fue Joe", dijo la estratega demócrata Nicole Brener-Schmitz.

"Pero ha demostrado a lo largo de su presidencia que es perfectamente capaz de los viajes y los actos de campaña y los eventos y los encuentros directos con el público. No debería preocuparnos que haya una campaña 'normal' y que el público estadounidense diga: 'Oh, no'".

Cambios que dejó la pandemia


Los asesores de Biden dicen que, entre los muchos cambios sociales provocados por la pandemia, la campaña también se transformó.

Los votantes se adaptaron al uso de diferentes plataformas para relacionarse con la política y los candidatos. El equipo de Biden también señala que el presidente es el único candidato nacional que ha tenido éxito hasta ahora en ese nuevo entorno, y sus asesores pretenden aprovechar las lecciones de 2020 encontrando formas novedosas de transmitir el mensaje más eficaz a cada votante.

Es probable que el propio Biden no eche de menos la campaña online. Cuando pronunció uno de sus primeros discursos virtuales en marzo de 2020, perdió su lugar en los comentarios que tenía preparados e hizo gestos incómodos a colaboradores que estaban fuera de cuadro.

Dos meses más tarde, mientras Biden se dirigía virtualmente a los miembros del Asian American and Pacific Islanders Victory Fund, una distracción fuera de cámara más disonante provino de los gansos de Canadá agrupados alrededor de un estanque de su jardín.

"Si los oyen graznar, es que están vitoreando", bromeó Biden.

Aunque la calidad de la producción mejoró con el tiempo, las presentaciones online de Biden quedaban a menudo eclipsadas por lo que hacía Trump, hasta el punto que el equipo de campaña de Biden recurrió a crear un podcast de corta duración. También estudió la votación durante las elecciones de mitad de mandato de 1918, cuando la participación cayó en medio de la pandemia de gripe.

Incluso después de reanudar la campaña presencial con círculos para marcar la distancia social, actos en autocines y otros pequeños eventos en estados disputados, Biden casi siempre volvía a dormir a su casa de Delaware. Esta vez, sería el Air Force Once el que lo llevaría de regreso a la Casa Blanca o a Delaware.

Barbijos y círculos para marcar la distancia social, en un acto de campaña. Foto: AP
Barbijos y círculos para marcar la distancia social, en un acto de campaña. Foto: AP

Una de las desventajas de 2020, según sus colaboradores, fue la imposibilidad de Biden de reunirse con la gente durante la campaña. Incluso con la protección del Servicio Secreto, ahora será posible un breve tiempo cara a cara, pero eso también aumenta la probabilidad de que Biden diga algo de lo que pueda arrepentirse.

En diciembre de 2019, un hombre en New Hampshire sugirió que Biden era demasiado viejo y también planteó preguntas sobre los vínculos comerciales del hijo del entonces candidato en el extranjero.

Las metidas de pata


Biden lo llamó "maldito mentiroso" y propuso que compitieran haciendo flexiones, lo que recordó las veces en que sus metidas de pata verbales como vicepresidente hicieron palidecer a algunos en la Casa Blanca de Obama.

Biden también vivió su momento más débil durante la campaña presencial a principios de 2020. A pesar de incorporarse a la competencia como favorito, perdió las tres primeras primarias demócratas y sólo consiguió la candidatura de su partido después de que la pandemia se instalara.

Biden durante la campaña de 2020, en Detroit. Foto: AP
Biden durante la campaña de 2020, en Detroit. Foto: AP

Presentó un programa tradicional que atrajo a los demócratas moderados al principio, pero que se corrió hacia la izquierda a medida que se acercaban las elecciones generales, prometiendo fuertes aumentos del gasto federal en salud, programas sociales y medio ambiente, al tiempo que impulsaba la fabricación nacional y la renovación de la infraestructura en ruinas del país.

Como los demócratas controlaron el Congreso hasta el año pasado, Biden cumplió muchas de esas promesas. Pero últimamente se ha desplazado hacia el centro, lo que, según algunos progresistas, alejará a la base demócrata.

"A menos que esté herméticamente cerrado y no quiera hablar con nadie menor de 30 años, le van a preguntar: 'La última vez que se presentó a presidente dijo… puntos suspensivos. ¿Qué pasa con eso?"', planteó Norman Solomon, director nacional de RootsAction.org, un grupo progresista que defendió la campaña "Don't Run Joe" (No te postules Joe) para intentar convencer a Biden de renunciar a buscar un segundo mandato.

Dejando a un lado la pandemia, la campaña de 2020 fue singular al desarrollarse durante un verano de protestas contra la brutalidad policial y la injusticia racial que estallaron tras el asesinato de George Floyd.

Biden no logró que el Congreso aprobara una importante reforma de la justicia penal, lo que dejó a algunos activistas negros desilusionados de que no se hiciera más en ese tema o para proteger el derecho al voto en todo el país.

Una encuesta realizada la semana pasada por Associated Press y el Centro de Investigación de Asuntos Públicos de Norc reveló que el índice de aprobación del presidente entre los adultos negros era del 58%, muy por debajo de los aproximadamente 9 de cada 10 que aprobaban a Biden durante sus primeros meses en el cargo.

Sólo la mitad de los demócratas encuestados dijeron que querían que Biden volviera a presentarse, pero el 81% dijo que probablemente lo apoyaría en las elecciones generales del próximo año. Entre los adultos negros, sin embargo, el entusiasmo es menor: sólo el 41% dijo que quería que se presentara y el 55% dijo que probablemente lo apoyaría en las elecciones generales.

Las preguntas sobre la fortaleza física de Biden, de 80 años, serán más conspicuas esta vez, ya que Biden tendría 86 años al final de su segundo mandato.

Los colaboradores reconocen que los viajes y los rigores de una campaña presidencial normal son brutales, pero no comparados con las exigencias de la presidencia, con sus abarrotados viajes intercontinentales y las llamadas a media noche para atender crisis mundiales.

Y durante gran parte del próximo año, Biden estará más centrado en su trabajo diario, en tanto sus asesores argumentan que ser un presidente eficaz es el mejor argumento para aspirar a otros cuatro años en la Casa Blanca.

Los demócratas también señalan que, a diferencia de 2020, cuando los confinamientos hicieron que el partido y sus principales seguidores externos abandonaran los timbreos y otras actividades presenciales para movilizar a sus votantes de base, esas actividades esta vez volverán.

Lee Saunders, presidente de la Federación Estadounidense de Empleados de los Estados, Municipios y Condados, que cuenta con 1,4 millones de miembros en todo el país, dijo que las acciones de movilización de votantes han sido continuas desde que la pandemia remitió.

Según explicó, esos esfuerzos, que ayudaron a los demócratas a obtener resultados sorprendentemente buenos en las elecciones de mitad de mandato, ya están en marcha para 2024 y se centran en los logros legislativos de Biden y su partido.

"Tenemos que hablar de esas victorias. Todos nosotros colectivamente: sindicatos y aliados, y la Casa Blanca, y nuestros amigos del Capitolio y nuestros gobernadores y nuestros representantes estaduales y nuestros alcaldes", dijo Saunders.

El equipo de Biden se ha concentrado sobre todo en volver a orientar la campaña contra Trump. Sin embargo, ni siquiera un segundo partido entre los dos se parecería a 2020, en tanto Biden es ahora el presidente en ejercicio. Eso preocupa a Solomon, que dijo que la Casa Blanca de Biden "rezuma complacencia" al insistir en que Biden puede superar a Trump de nuevo en 2024.

"Esas cantinelas que salen de la Casa Blanca, 'Ah, él derrotó a Trump antes, puede derrotarlo de nuevo'…", dijo Solomon. "Esta vez, Biden va a representar el statu quo como presidente en funciones. Ese es un problema fundamental".

Pero Brener-Schmitz señaló que el presidente en ejercicio siempre tiene una ventaja, ya que puede aprovechar la base de partidarios y la infraestructura de los demócratas en todo el país, lo que permite al presidente concentrarse en conectarse personalmente con los votantes.

Y añadió: "Aquí es donde Joe Biden prospera".

Los autores son periodistas de Associated Press

Traducción: Elisa Carnelli

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