Delegaciones de criadores de 19 países están estos días en la provincia de Corrientes visitando cabañas y participando del Congreso Mundial de la raza, desarrollado en el marco de las 53° Gran
Ganaderos de cabañas de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Australia, México, entre otros países, y de naciones más cercanas como Uruguay, Bolivia, Brasil y Paraguay están en la muestra. Estos últimos no solo son habituales visitantes de las exposiciones de Brangus en la Argentina, sino que también se nutren de la genética nacional para mejorar sus cabañas.
Las también habituales turbulencias inflacionarias y cambiarias de la economía argentina podrían hacer pensar que, a los ganaderos vecinos del Mercosur, podría convenirles comprar genética bovina en la Argentina.
No es lo que parece
Esa sospecha que se verifica, por ejemplo, para los turistas que visitan el país, para quienes, en dólares, la Argentina está “regalada”, no aplica para los negocios intra Mercosur de exportaciones nacionales de genética ganadera, al menos en caso de Brangus.
Pablo Bove, de Cabaña El Coraje, del Departamento Durazno, en el centro del Uruguay, quien no solo importa genética Brangus argentina, sino que también exporta al Paraguay y a nuestro país, entre otros destinos, genética de su cabaña uruguaya, explicó por qué no existe tal ventaja para importar genética Brangus argentina.
“En los animales comerciales o de élite hay una ventaja muy buena, una balanza comercial muy positiva para comprar, pero en esta raza, que está con una movida impresionante, que trabaja muy bien y está en un franco crecimiento como la Brangus, los animales de punta que todos queremos y buscamos siempre tienen un valor muy alto en pesos. Y cuando los pasamos a dólares, el valor sigue siendo muy bueno. Con los años, los valores de los animales de punta siempre acompañaron la inflación”, recalcó.
Con él coincidió Lourenço Rolim Acauan, de Cabaña Sigma Brangus, de Santana do Livramento, Río Grande del Sur, Brasil, quien consideró que, “a pesar de las diferencias del cambio, cuando se trata de ganado de élite los precios son muy altos y mantienen los valores internacionales”.
Demanda contenida
Por su parte, Ausberto Ortellado, de Ganadera Arandú, de Nueva Italia, Departamento Central, Paraguay, contó una situación parecida de cómo la situación cambiaria del país incide en las importaciones de genética nacional que hacen los ganaderos paraguayos desde la Argentina.
“El problema que tenemos, al comprar genética argentina, es que tropezamos con precios baratos, pero al llevar al Paraguay una exportación legal (al dólar oficial) se duplica el valor o más, porque el productor tiene que facturar a dólar oficial en la Argentina. El precio que cerramos acá es bueno, pero al exportar a Paraguay se nos triplica porque terminamos cotizando al ‘blue’, para que el productor argentino reciba el valor real en dólares. Es todo blanco, pero por eso mismo se nos triplica”, clara Ortellado.
En este sentido, explica que la brecha cambiaria argentina entre valor oficial y el paralelo del dólar provoca que “tengamos que transferir más dólares que el precio cerrado originalmente. La brecha hace que no compremos más genética en la Argentina, especialmente ganado en pie, y que lo que más llevemos sean embriones, cuyo valor es de 100 dólares. Sin la brecha que existe en la Argentina, nuestra demanda de genética sería mucho mayor”, concluye Ortellado.
Mirá también