Mientras Alberto Fernández y Sergio Massa están en vuelo hacia Brasilia en busca de un acuerdo para poder pagar las importaciones de Brasil, el ministro de Hacienda del país vecino,
El encuentro entre Alberto y Lula da Silva será a las 17 en el Palácio da Alvorada. Supuestamente, el mandatario brasileño le propondrá al argentino una línea de crédito para que el país pueda comprar productos brasileños. La idea es que sea una especie de crédito a la exportación, un financiamiento a las empresas brasileñas que venden al país.
"Lo que queremos es no perder espacio en la exportación para Argentina", dijo Haddad a los periodistas acreditados en el ministerio de Hacienda. Más de 200 empresas brasileñas ya no exportan a Argentina y muchas otras no están recibiendo los pagos debidos, dijo el ministro.
En su opinión, es necesario garantizar que los exportadores brasileños reciban el pago por el producto exportado. "No puede haber ningún tipo de dificultad para que las empresas brasileñas estén en la situación en la que están. Por eso, estamos intentando encontrar una solución mediada", con una posible oferta de garantías por parte de Argentina, continuó.
Justamente, lo que se está evaluando entre ambos países es la forma de dar esta garantía. "De hecho, desde enero estamos trabajando en este tema", sostuvo Haddad.
En efecto, la medida ya fue conversada a fines de enero durante la primera visita de Lula al país. La idea era que se pusiera en marcha entre febrero y marzo, pero se demoró tras las críticas opositoras en Brasil al financiamiento externo.
La ayuda para la Argentina provendría del Nuevo Banco de Desarrollo y las operaciones serían en pesos y reales. Sin embargo, hay dudas por el riesgo de convertibilidad de la moneda argentina para saldar la deuda en el futuro, de ahí la necesidad de una garantía.
Entre las alternativas que se barajan, también se habla de la "securitización" de exportaciones para financiar esas operaciones en el mercado de capitales a través de fideicomisos u otros instrumentos financieros. La Argentina lo puso en práctica en 2003 ante el cierre del acceso al crédito de bancos internacionales por la crisis económica, con operaciones por montos pequeños, del orden de los US$ 15 millones.
NE
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