China intenta separar los negocios con Europa de la guerra entre Rusia y Ucrania

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Las instituciones de la Unión Europea y los gobiernos del Viejo Continente están muy molestos por la actitud de China con respecto a la guerra de Rusia contra Ucrania. Creen que China

podría hacer más y que no le interesa que la guerra acabe porque así debilita a una Rusia cada vez más dependiente de ella.

El enfado europeo es de tal calibre que en el último paquete de sanciones contra Rusia, que se negocia estas semanas en Bruselas, se incluye la posibilidad de sancionar a empresas de terceros países que ayuden a Moscú a esquivar las sanciones. Una posibilidad que apunta a empresas turcas, armenias, kazajas, kirguizas, pero sobre todo a varias grandes corporaciones chinas.

Mientras, la diplomacia china está de gira por Europa para intentar que los europeos separen lo relacionado con la guerra de los negocios. El canciller Qin Gang viaja esta semana por Berlín, París y Oslo con el mismo mensaje: no torzamos los negocios por nuestras diferencias sobre Ucrania y Rusia.

Qin Gang dijo en Berlín que las empresas chinas “mantienen intercambios y relaciones de cooperación normales” con las rusas y que eso “no debería verse afectado”. Era su diplomática forma de manifestar que China rechazaría cualquier tipo de sanción europea a sus empresas con negocios con Moscú.

El canciller chino, Qin Gang. Foto EFE
El canciller chino, Qin Gang. Foto EFE

Negocios


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Los europeos aseguran que las relaciones “normales" incluyen por ejemplo la venta de aparatos electrónicos de precisión chinos que permiten a Rusia equipar los sistemas de guiado de sus misiles de medio y largo alcance que están golpeando las ciudades ucranianas.

Los europeos no han respondido por ahora precisamente con buenas palabras a ese intento de separar la guerra y el comercio. En Berlín, la canciller Annalena Baerbock dijo al canciller chino que “la neutralidad (China se dice neutral en la guerra) significa tomar parte por el agresor y por eso nos guía el principio de dejar claro que estamos en el lado de la víctima”.

A su lado, en la conferencia de prensa, escuchaba Qin Gang con cara de pocos amigos. Él dijo que “el asunto de Ucrania es de gran complejidad” y que “China no provocó la guerra ni es parte en ella pero está comprometida con unas negociaciones de paz”. Los europeos creen que el plan de paz chino, al que ni Rusia hizo mucho caso, es prorruso.

La visita sigue en Francia, donde debe irle algo mejor después del viaje del presidente Emmanuel Macron a China a principios de abril, donde defendió la necesidad de seguir haciendo negocios entre China y Europa y de que los europeos no siguieran en todas sus decisiones a Estados Unidos, sobre todo si Washington y China siguen alimentando sus enfrentamientos.

A Francia


El presidente de China, Xi Jinping, con su par de Francia, Emmanuel Macron, el mes pasado. Foto AFP
El presidente de China, Xi Jinping, con su par de Francia, Emmanuel Macron, el mes pasado. Foto AFP

Las palabras de Macron sentaron mal en varios países europeos, los que quieren mantener mejores relaciones con Estados Unidos. Y sentaron muy bien en China, que no quiere que la Unión Europea forme un bloque sin fisuras con Estados Unidos.

En Berlín el canciller chino repitió algunas de las consignas que Macron repite desde hace tiempo, como la defensa de una “autonomía estratégica” europea, una forma de explicar una menor dependencia de otras potencias, también de Estados Unidos en materia de Defensa.

La diplomacia europea cree desde hace meses que China quiere ver cómo Rusia se hace más vulnerable por la guerra para así hacerse a la vez más dependiente de China pero no quiere por la misma razón empujar a Rusia hacia un alto el fuego o reales negociaciones de paz y tampoco quiere una derrota militar abrumadora que pusiera en riesgo el liderazgo de Vladimir Putin.

PB

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