¿Legítima defensa o gatillo fácil? Un jurado popular dirimió este viernes entre las dos hipótesis que -según quién la esgrimiese- derivaron en un trágico final para una vida joven, la de Brandon
La última jornada del juicio duró casi doce horas, entre alegatos y las dos horas que le llevó al jurado popular compuesto por una docena de marplatenses resolver sobre el caso. Cuando lo hizo, declarando "no culpable" al policía Pedro Arcángel Bogado, de 39 años, en la calle hubo incidentes entre la policía y manifestantes, vecinos e integrantes de organizaciones sociales, para quienes la muerte del joven fue un caso de "gatillo fácil".
El hecho ocurrió durante la madrugada del 5 de julio de 2020. Bogado regresaba de visitar a un amigo en el barrio Santa Paula, y al regresar por la ruta 226, a la altura del barrio Hipódromo, le salieron al cruce dos motos. Él viajaba en un scooter eléctrico.
La versión que se conoce, parcialmente corroborada por imágenes de algunas cámaras de seguridad, es la que que el mismo agente dio a la Justicia: que una de las motos con dos personas lo siguió y que al interceptarlo, ya preparado para defenderse, "tiró al bulto".
Esta semana se llevó adelante el juicio por jurados, que finalizó este viernes con los alegatos. Los abogados que defienden a la familia de Romero pidieron que el efectivo sea declarado culpable de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego“, que podria haberle deparado una pena de entre 10 y 33 años de prisión.
César Sivo y Romina Merino consideraron acreditado que el imputado lo "ejecutó" como "un verdugo" a Romero, y que no emitió una sola palabra para dar la voz de alto como agente de seguridad.
La mamá del joven, Romina Vergara, sostiene que al chico "lo fusilaron", que Bogado "lo mató como a un perro". Eso gritó al conocerse el fallo, sobre la avenida Colón, cuando comenzaban los incidentes. "Me lo destrozó", gritaba: "Mar del Plata es una mierda", decía antes de descompensarse. Debió ser atendida en el lugar.
La de Sivo y Merino fue la única acusación. Antes de llegar a juicio, el fiscal Alejandro Pellegrinelli había pedido el sobreseimiento del subteniente, por lo que no participó del debate. El fiscal, al dar por acreditado el intento de robo, consideró que Bogado actuó en legítima defensa. El punto es la proporcionalidad: ¿siete balazos para neutralizar a alguien desarmado?
Para Sivo, el hecho fue "un claro ejemplo de violencia policial e institucional", por lo que cuestionó al Ministerio Público Fiscal por acompañar "la idea de impunidad" al retirarse de la acusación.
Consideró que durante el debate se probó que la madrugada del 5 de julio de 2020, cerca de las 6.40, Bogado fue abordado por una moto con al menos tres tripulantes mientras él conducía otra motocicleta, y que ellos efectuaron disparos de armas de fuego "al aire".
En su argumento, dijo que el policía los evadió y que, tras "retomar en contramano" por la ruta, detuvo su vehículo, lo apagó y "desenfundó su arma", hasta que apareció otra moto en la que iban Romero y otro joven, quienes "iban a robarle desarmados".
"Sin emitir la más mínima palabra, Bogado esgrime su arma de fuego y comienza a disparar", alegó, y describió una secuencia: que primero "ataca a Brandon", luego le tiró al conductor de la moto, quien escapó del lugar, y después "vuelve a efectuar tres disparos de frente".
Lo que sostuvo Sivo es que entonces Romero ya estaba "arrodillado en el piso, ya no representaba ningún riesgo". El Policía llamó al 911, en el audio que se oyó en el juicio, él mismo cuenta a la operadora que el cuerpo "no se mueve" y cree "haberlo matado". Había quedado tendido sobre el asfalto y fue atropellado por dos vehículos. Hubo otros audios.
En la última audiencia, este viernes, Bogado negó tales circunstancias. Dijo que al ser abordado por la segunda moto dio la voz de alto, que les dijo "váyanse que soy policía" y que oyó cuando uno de los dos asaltantes le dijo "te vamos a matar por la moto, negro". Luego vació el cargador. De los siete balazos que recibió, dos le dieron en la sien a Romero.
La zona de La Rioja y la avenida Colón, en el centro de la ciudad, donde se encuentra la sede del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, amaneció este viernes y así permaneció todo el día, fuertemente custodiada y vallada ante la presencia de organizaciones sociales que denuncian que la muerte de Romero fue un caso de "gatillo fácil".
Tras el alegato de la acusación, alegó la defensa del oficial, a cargo de Martín Bernat, Paula Erviti y Agustín Robbio, quien adelantó en el inicio del juicio que buscará la absolución al entender que el efectivo actuó en "legítima defensa".
Bernat sostuvo que quedaron probadas cuatro cuestiones: la existencia de un robo, el intento de escape de Bogado, su posterior intención de esconderse cuando volvieron a buscarlo los asaltantes y que la única herramienta que le quedó fue defenderse.
"No pudieron probar que fueron dos hechos distintos ni que hubo un fusilamiento y nosotros acreditamos a partir de la declaración de Farias -quien viajaba en la moto con Romero- que eran cinco personas con intenciones de robar, que estaban armadas y que existieron al menos tres disparos previos”, dijo el defensor.
Luego el jurado pasó a deliberar hasta alcanzar un veredicto de culpabilidad o inocencia. Les llevó poco más de dos horas y, por tratarse de un juicio por jurados la sentencia quedá firme, es decir que no puede ser apelada.
El juicio se inició el último lunes, y a lo largo de cuatro jornadas declararon 15 testigos, se reprodujeron además videos de cámaras de seguridad ubicados en la zona de hecho y audios enviados en las horas posteriores por el acusado, algunos de ellos muy fuertes: "Lo importante es que todo salió bien, que estoy bien, y obviamente que lo importante es que esa rata no le va a robar más a nadie, a nadie".
DB
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