Gatica, El mono cumple 30 años: la película que Leonardo Favio nunca imaginó

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Hoy, sábado 13 de mayo, se cumplen 30 años del estreno de Gatica, El mono, la película de Leonardo Favio sobre el lustrabotas de Constitución que se convirtió en el boxeador

favorito de Juan Domingo Perón.

Y si se quieren encontrar curiosidades, el estreno fue seis meses antes de que se cumplieran 30 años de la muerte de José María Gatica. Tenía 38 años cuando sufrió un accidente de tránsito en Avellaneda, al que ya nos referiremos.

Por aquel entonces, el director de Crónica de un niño solo venía de una sequía, en cuanto a dirigir películas, de 17 años. La última que había presentado era Soñar, soñar, con Gian Franco Pagliaro y Carlos Monzón, en 1976. Tras el golpe de Estado que derrocó a María Estela Martínez de Perón, se exilió en Colombia, desde donde salió a hacer giras de conciertos por la región.

Edgardo Nieva no había sido ni siquiera extra en cine cuando imaginó la película biográfica de Gatica. Fotos Archivo Clarín
Edgardo Nieva no había sido ni siquiera extra en cine cuando imaginó la película biográfica de Gatica. Fotos Archivo Clarín

Ese año, 1993, fue el de cierto resurgimiento del cine nacional. Si 1992 había devuelto al público a las salas de la calle Lavalle no con comedias pasatistas, sino con propuestas dramáticas -Un lugar en el mundo, de Adolfo Aristarain; El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subiela; y El viaje, de Pino Solanas-, Marcelo Piñeyro debutaba en la dirección con Tango feroz, y arrasaba.

Extrañamente, Gatica, El mono no fue un filme originado en una idea de Favio. Fue Edgardo Nieva, quien lo interpretaría tras hacerse tres cirugías en el rostro, el que originó el proyecto.

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Nieva no había hecho ni siquiera un bolo en cine, y fue a la Asociación Argentina de Actores a preguntar quiénes eran buenos guionistas. Le mencionaron a Zuhair Jury, el hermano de Leonardo. Lo contactó y le dijo que quería contratarlo para que redactara el guion.

Por pedido de Favio, a Nieva le rasgaron los ojos, le ensancharon la nariz y le cortaron los lóbulos de las orejas.
Por pedido de Favio, a Nieva le rasgaron los ojos, le ensancharon la nariz y le cortaron los lóbulos de las orejas.

Hace unos años, el propio Nieva recordaba que “me recomendó que ganara tiempo y aprendiera a boxear, porque él iba a tardar un año. Fui a lo de Abel Laudonio, un exboxeador, y me hizo un entrenamiento muy duro”.

Zuhair le entregó el libreto a mediados de 1988. Cuando le preguntó quién iba a dirigirlo, Nieva le dijo “Vos”, porque no conocía a nadie. Zuhair le dijo que ese guion era para "su hermanito". Leonardo estaba, como dijimos, en Colombia, alejado del mundo del cine.

Consiguió el teléfono de Favio, lo llamó y el cineasta le pidió que le mandara fotos caracterizado como boxeador. Nieva iba a hacerlo hasta que Zuhair lo paró en seco. Parece que los retratos eran desastrosos, le contó que Leonardo iba a venir a Buenos Aires a dar unos conciertos y que quería conocerlo en persona.

El intérprete y el cineasta, en un alto del rodaje de la película que Argentina mandó al Oscar. Pero...
El intérprete y el cineasta, en un alto del rodaje de la película que Argentina mandó al Oscar. Pero...

“Vino, cantó y se fue. Nunca me llamó”, dijo Nieva. Resumiendo: en el '89 Favio viene a la Argentina con la idea de rodar la vida de Severino Di Giovanni, pero el levantamiento de La Tablada estaba fresquísimo, y no era el momento apropiado para retratar a un anarquista.

Zuhair lo convence de que haga Gatica, y Favio le pide a Nieva encontrarse en un café. Y le dice:

-Soñé un Gatica adolescente, de 18 años.

Y le ofrece a Nieva... el papel coprotagónico.

Leonardo Favio había "soñado" con un Gatica de 18 años. Se lo dijo a Edgardo Nieva, quien se puso a llorar...
Leonardo Favio había "soñado" con un Gatica de 18 años. Se lo dijo a Edgardo Nieva, quien se puso a llorar...

Tras unos intercambios de palabras -que si quería, le devolvía el dinero que le había pagado a su hermano por el guion, pero Favio quería dirigirla; que abandonaba el proyecto-, el cineasta lo convenció a Edgardo de que cambiara “un poco” su rostro.

Nieva pasó por tres operaciones, en las que le rasgaron los ojos, le ensancharon la nariz y le cortaron los lóbulos de las orejas.

El resto es historia. La Argentina preseleccionó a Gatica, El mono para la categoría Mejor película en lengua extranjera en los premios Oscar de 1994, pero fue retirada por el propio Leonardo Favio, se dijo que como una manera de denunciar los problemas de la industria cinematográfica argentina.

En el ringside del Luna Park, con el presidente Perón. El y Evita fueron padrinos de la primera hija de Gatica. La bautizó María Eva...
En el ringside del Luna Park, con el presidente Perón. El y Evita fueron padrinos de la primera hija de Gatica. La bautizó María Eva...

Luego Nieva soñaba con ser Juan Manuel de Rosas. No logró hacerlo.

El favorito de Perón

Perón era presidente cuando, junto con su esposa Eva Duarte, concurría al ringside del Luna Park. Fueron los padrinos de la primera hija de Gatica -María Eva la bautizó-. La Presidencia de la Nación apoyó económicamente el primer viaje de Gatica al exterior. Llegó a pelear en el mítico Madison Square Garden. Si bien nunca ganó un título, se ganó el respeto y la popularidad, ya sea por su manera de boxear, su carisma o su militancia peronista a ultranza.

Gatica nunca obtuvo un título, pero fue un boxeador popular, querido por el pueblo.
Gatica nunca obtuvo un título, pero fue un boxeador popular, querido por el pueblo.

El 10 de noviembre de 1963 Gatica salía de la Doble Visera, el estadio de Independiente, en Avellaneda, donde vendía muñequitos de los Diablos rojos para ganarse la vida. Independiente se impuso 2 a 1 a River Plate, que había llegado a ese encuentro arriba en la tabla de posiciones, pero a dos fechas de la finalización del Torneo, los Rojos salieron campeones.

Lo atropelló un colectivo de la línea 295. Fue en Herrera y Pedro de Luján. El parte médico indicó que había sufrido fracturas en varias costillas, las vértebras y la pelvis. Lo internaron en el Hospital Rawson, en Buenos Aires, donde falleció dos días después, el 12 de noviembre.

Hoy no están ni Favio ni Nieva, ni Rodolfo Mórtola, que se encargó de la dirección artística del filme y era más que un amigo de Favio, para recordar el estreno. La película no rompió ningún récord de público, como sí habían hecho Juan Moreira (1973), con Rodolfo Bebán, y Nazareno Cruz y el lobo (1975), con Juan José Camero y Alfredo Alcón.

Pero ésas son otras historias.

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