La aerolínea Andes fue autorizada a reanudar sus vuelos, luego de que sus aviones quedaran definitivamente en tierra hace más de tres años. La línea aérea pertenece al empresario Miguel Ziadi -quien
La noticia fue difundida por la titular de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), Paola Tamburelli, quien informó que el organismo otorgó su “aval” a la “recertificación” de Andes, que había dejado sus aviones en tierra tras un último vuelo a Chubut semanas antes de la pandemia. Precisamente, una abultada deuda impaga de esta provincia, que subsidiaba los vuelos de Andes a Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, había sido el desencadenante de la última crisis.
Las fuentes señalaron que Ziadi contratará esta vez con el aporte de inversores de Estados Unidos para financiar la operación y el alquiler de dos nuevos aviones, Boeing 737-800, uno de los cuales está en Ezeiza hace más de seis meses y hasta el momento fue utilizado sólo para vuelos de prueba de los pilotos.
Andes, fundada en 2005, había atravesado la época del primer kirchnerismo con una flota de viejos aviones MD adquiridos a Austral(los apoyacabezas mantenían el cóndor de Aerolíneas Argentinas) y una serie de convenios con provincias que garantizaban a la compañía un piso de asientos vendidos para poder operar.
Durante la “revolución de los aviones” del macrismo, Andes subió la apuesta y agregó a los MD una flota alquilada de cuatro Boeing 737, con lo cual llegó a transportar dos millones de pasajeros durante 2018.
Pero la devaluación de aquel año, sumada al ingreso de las competidoras “low cost”, llevó a que rápidamente desde la empresa, cuyo gerente general es Horacio Penestre, dieran marcha atrás con la expansión y devolvieron los Boeing alquilados.
Andes continuó operando con los MD, tanto en vuelos regulares como charter, pero para entonces acumulaba una importante deuda, tanto por la fallida expansión como en tasas aeroportuarias y salarios atrasados. El último vuelo fue en marzo de 2020, días antes de que todos los aviones quedaran en tierra por la pandemia.
En agosto del año pasado, Paola Tamburelli se fotografió en la sede de la ANAC junto con Ziadi y publicó en las redes, con el sello de la ANAC, que Andes volvería a volar “a corto plazo”. Dos meses después fue la aerolínea la que anunció que “antes de fin de año” (de 2022) volvería a volar.
Nada de eso ocurrió. Sin embargo, en el medio Andes participó del relanzamiento de la Cámara de Líneas Aéreas de la República Argentina (CLARA), una entidad que había quedado desactivada una década atrás y que fue reactivada para firmar un convenio colectivo de trabajo con la Asociación de Pilotos (APLA).
Aquel convenio, firmado a fines de diciembre del año pasado, fue denunciado por los gremios de los trabajadores de las “low cost” JetSmart y Flybondi, quienes afirmaron que lo que se buscaba era “el cierre” de esas dos líneas aéreas.
El convenio fue suscripto por Pablo Biró en representación de los pilotos. Y como titular de CLARA firmó Horacio Penestre, el gerente de Andes, pese a que la línea aérea seguía entonces sin haber sido habilitada por la ANAC. Ahora, ya tiene esos papeles en orden.