Los peligros de ser alcalde en Francia: ataques incendiarios a quienes defiendan a los inmigrantes

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Ser alcalde de un pueblo en Francia y volverse solidario con los refugiados o aspirantes a asilo o imponer buenos modales puede convertirse en un riesgo de vida.

Al amanecer

Ser alcalde de un pueblo en Francia y volverse solidario con los refugiados o aspirantes a asilo o imponer buenos modales puede convertirse en un riesgo de vida.

Al amanecer

del 22 de marzo, el alcalde Yannick Morez de Saint-Brevin-les-Pins, en el oeste de Francia, se despertó y encontró su casa en llamas.

“Podríamos haber muerto”, escribió Morez en la carta de renuncia, que presentó el martes. Ni él ni su familia resultaron heridos. Pero el fuego destruyó su casa y dos autos estacionados afuera. El fuego fue un ataque deliberado y dirigido.

Había decidido abrir un centro para refugiados y aspirantes a asilo en Saint Brevin Les Poins, como había hecho antes con los que habían llegado desde La Jungla en Calais. Los refugiados no habían generado un solo inconveniente.

Pero hoy la ultraderecha crece en Francia. El alcalde y ex médico Yannick Morez decidió renunciar, abandonar el pueblo con su familia y buscarse otro lugar para vivir. Se siente “completamente abandonado por las autoridades del Estado”.

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En medio de un ambiente político cada vez más tenso, los ataques contra alcaldes en Francia se multiplican. Y algunos dicen que se los ha dejado para que se las arreglen solos.

El caso sigue siendo investigado. Pero Morez ya ha decidido buscar un nuevo camino, con planes de dejar la ciudad que ha llamado hogar durante 32 años, para fines de junio.

La policía francesa en el norte de Francia, en busca de migrantes. Foto AP
La policía francesa en el norte de Francia, en busca de migrantes. Foto AP

El presidente Emmanuel Macron expresó su solidaridad con el alcalde, en un tuit, un día después de su renuncia, calificando los ataques de “vergonzosos”. La primera ministra Elizabeth Borne va a recibir al alcalde.

Un médico y 14.000 habitantes


Morez, exmédico, había sido alcalde de Saint-Brevin, donde viven 14.000 habitantes, desde 2017. En los meses previos al ataque, la ciudad había sido sacudida por protestas derechistas contra los planes de trasladar un centro local de alojamiento de asilo , cerca de una escuela primaria.

Saint-Brevin ha acogido a migrantes desde que se desmanteló el campamento “ La Jungle”, cerca de Calais, en la costa norte de Francia, en el 2016.

“Nunca tuvimos el más mínimo problema con los migrantes”, dijo Morez a un periodista, en una entrevista pocos días después del ataque.

Pero a las protestas organizadas por grupos de extrema derecha se sumaron reiteradas amenazas dirigidas a Morez, quien había presentado numerosas denuncias desde enero del año pasado.

En medio de un clima político cada vez más tenso, un creciente apoyo a las ideologías de derecha y una desconfianza en las instituciones, los alcaldes franceses comienzan a sentirse inseguros.

Morez detalló las razones de su renuncia en un comunicado de prensa. Después de un largo período de reflexión, tomó la decisión de renunciar. No solo citó “motivos personales” relacionados con el ataque incendiario, sino también mencionando una “falta de apoyo del estado”.

El exalcalde afirma que se implementaron pocas o ninguna medida de seguridad para protegerlo a él y a su familia, a pesar de las repetidas solicitudes de ayuda.

“Su sentimiento de abandono se puede entender de varias maneras”, explicó Bruno Cautrès, investigador político del Centro Nacional Francés de Investigaciones Científicas (CNRS). Aunque los funcionarios locales expresaron su apoyo, el alcalde siente que no se tomaron medidas concretas y visibles para apoyarlo.

La primera ministra Elisabeth Borne. Foto AFP
La primera ministra Elisabeth Borne. Foto AFP

“Es cierto que las personas en todo el país solo se enteraron de que el alcalde enfrentaba amenazas después de que renunció”, dijo Cautrès.

El gobierno a la defensiva


El gobierno no está de acuerdo. El secretario de Estado para asuntos rurales, Dominique Faure, insistió en que el estado francés tomó medidas concretas para apoyar a Morez.

“No puedo dejar pasar esto”, tuiteó, antes de enumerar las formas en que el estado lo apoyó. “Establecimos controles policiales regulares fuera de su casa, registramos su casa para que las autoridades pudieran intervenir en caso de un incidente y proporcionamos seguridad durante las protestas contra el centro de asilo”.

Pero según un artículo del diario Libération, la mayoría de las medidas de seguridad se tomaron solo después de que la casa de Morez fuera incendiada.

Después de hacer sonar la alarma con los funcionarios locales en enero de 2022 sobre los "actos diarios de intimidación" que enfrentaba, Morez finalmente llamó la atención del fiscal de Nantes en febrero de 2023, solicitando un equipo de seguridad personal para protegerlo a él y a su familia.

Recibió una respuesta que decía que las autoridades “todavía estaban evaluando los riesgos para ver si era necesario un equipo de seguridad”. Menos de dos semanas después, Morez había renunciado.

El establecimiento de centros de acogida de inmigrantes es parte de una política gubernamental nacional, supervisada por el primer ministro y el ministro del interior.

Pero Morez “sentía que se quedaba solo, cuando surgían problemas relacionados con el alojamiento de los solicitantes de asilo”, explicó Cautrès.

“Sin duda, le hubiera gustado que el gobierno hiciera un mejor trabajo al explicar la política y guiarlo a través del proceso”, dijo Cautrès. “Podrían haber trabajado con él, para crear conciencia sobre el tema a nivel local y apaciguar las preocupaciones de los habitantes” dijo.

La amenaza planteada por los opositores al centro de asilo también podría haberse señalado antes.

Después de repetidas manifestaciones en Saint-Brevin, organizadas por el partido de extrema derecha Reconquête (Reconquista), encabezado por el excandidato presidencial Éric Zemmour, “me resulta difícil imaginar que la policía no supiera quién era una amenaza potencial”, dijo Cautrès.

“El alcalde probablemente sintió que la gendarmería podría haber intervenido antes de que las cosas se intensificaran como lo hicieron” concluyó.

Otros alcaldes amenazados


La falta de apoyo que sentía Morez es un sentimiento compartido por muchos alcaldes de Francia, que se están convirtiendo en blanco frecuente de abusos y ataques.

Colas, alcalde de Boussy Saint Antoine, en la región de Essone, testimonió que el hostigamiento lleva años.

“Se trata de amenazas, regulares”, explicó.”Son propósitos inspirados por tesis de extrema derecha” dijo.

“Yo denuncié ante la justicia por amenazas de muerte sobre mi, mi familia y mi hijo”, prosiguió el alcalde Colas.

El alcalde dijo que las amenazas siempre llegan por correo, anónimas o en tags, como a final de febrero, donde una inscripción amenazándolo de muerte, había sido escrita cerca del Hotel de Ville, la sede de su alcaldía.

Según él, el acoso se remonta a 8 años atrás, después de una operación policial en su comuna.”Un militante de extrema derecha, que no vivía en la comuna, vino a perturbar la acción de la policía. Yo me encargué de evacuarlo”.

“Después de ese quedé en la lista de una lista de una facho esfera, que ha decidido acosarme”, explicó el alcalde.

Pero con su situación personal, el alcalde de Boussy Saint Antoine busca alertar de “una situación gravísima” que viven varios alcaldes.

”En ningún momento el compromiso local debe hacernos pagar el precio de amenazas sobre su vida”, dijo Roland Colas.

En el 2022, las agresiones contra los alcaldes aumentaron un 15 por ciento en Francia, según una evaluación de la Asociación de Alcaldes de Francia.

Anne Francoise Piedallu, alcaldesa de Plougrescant, en las costas de Armor, en Bretaña, se presentó a la justicia y denunció que los frenos de su auto habían sido seccionados.

“Si yo hubiese subido a mi vehículo, podría haber chocado a alguien, herido o matado a alguien”,  dijo la alcaldesa. Lo vivió “como un shock”.

“Yo sentí que mis frenos no funcionaban y el hombre del garage me dijo que habían sido seccionados. Ahi me di cuenta de la gravedad de lo que había pasado”, dijo. Esto sucedió el 8 de mayo.

Stephane Beaudet, conservador, dirigía como alcalde la ciudad de Courcouronnes. “Entre el 2001 y el 2003, mi auto fue roto e incendiado nueve veces”, dice quien es el presidente de los alcaldes de Ile de France.

Al menos 1.293 colgaron el etcharpe republicano que portan. Ellos están más expuestos a la violencia que un diputado o un senador en el actual clima social en Francia, de manifestaciones, rechazo a las reformas jubilatorias ,Chalecos Amarillos, ultraderechistas, anarquistas y el altísimo costo de vida, que lo ha transformado en uno de los países más caros del mundo, y enfurece a la ciudadanía.

A esta violencia también contribuyen las redes sociales. “Solo bastan algunos excitados para que se desencadene”, explica Stéphane Beaudet.

Los alcaldes denuncian “protección insuficiente”. En un informe de la asociación de alcaldes, “de los 229 interrogados, el 70 por ciento reconoció que sufrió agresión física o verbal”.

PB

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