La familia del empresario panadero Carlos Oscar Chequer, asesinado en 2019, denunció que su asesino -condenado a prisión perpetua- desapareció en las últimas horas tras violar la prisión domiciliaria que tenía. Su
Se trata del procurador Miguel Vega, quien fue condenado a la pena máxima por el homicidio cometido en la localidad tucumana de Concepción, cuando le pegó a Chequer cuatro golpes en la cabeza, que le produjeron pérdida de masa encefálica. Vega además eliminó evidencia en las horas posteriores según quedó registrado en una cámara de seguridad.
"Me parece tremendo lo que sucede. Es como revivir el homicidio de nuevo. Él está hace cuatro años con domiciliaria, a 100 metros de la policía. Supuestamente tenía una pulsera electrónica que no funcionaba, porque nos consta que salía de noche, se iba a la madrugada, lo pasaban a buscar. Lo tenían como un rey", denunció María Inés Chequer, hermana del empresario al medio Los Primeros de Tucumán.
Según denuncia la familia, Vega y su equipo jurídico habían recibido el lunes pasado una notificación de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, confirmando que se había desestimado un reclamo de apelación de la defensa, lo que dejaba firme la condena. Esta medida habría detonado la fuga.
La bronca de los Chequer está basada en la sospecha de que el asesino habría tenido ayuda policial para escaparse, considerando una serie de irregularidades tanto en la tobillera como en las custodias. El hombre estaba en una zona céntrica donde, incluso, seguía ejerciendo su actividad profesional. "Toda la vida ha tenido privilegios", acusan.
Según publicó La Gaceta de Tucumán, en las últimas horas fue detenido un abogado de 46 años, sospechado de colaborar en la fuga de Vega. Le secuestraron un teléfono y una camioneta.
Un homicidio violento y un insólito intento por borrar pruebas
Carlos Oscar Chequer (62) fue hallado sin vida el 27 de febrero de 2019 por dos albañiles que trabajaban en su casa. El empresario fue abordado cuando descendía de su automóvil, tras ingresar al garaje de su vivienda en el barrio Haimes.
El cuerpo estaba tirado y ensangrentado en el garage, al lado de una camioneta. La víctima presentaba al menos cuatro golpes en la cabeza realizados con un trozo de madera similar a un bate, según la pericia. Estos le causaron pérdida de masa encefálica. Filmaciones de cámaras privadas ubicaron a Vega por la zona, con un objeto que llevaba en una de sus manos antes del homicidio.
Luego del crimen, Vega intentó incluso hacer desaparecer la evidencia que estaba en la camioneta de la víctima. Se metió al cuartel de bomberos donde se encontraba secuestrada, rompió las fajas de seguridad, se llevó elementos del interior y arrojó un cuchillo en un cesto de basura cercano.
Toda esta secuencia quedó grabada por las cámaras de seguridad de un comercio de la zona. Luego de esa intrusión pasó a ser sospechoso y quedó detenido. El juicio luego lo señalaría como el autor material del crimen.
Por esa causa estuvo detenido desde 2019 hasta el juicio que finalmente lo condenó. Hoy, con la sentencia firme, no se sabe donde está.
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