Un nuevo "plan platita", pero esta vez la plata la ponen la gente y los bancos

Economia
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Con las elecciones PASO cada vez más cerca, el Gobierno necesita mantener viva la llama del consumo, aunque contradiga la supuesta lucha contra la inflación que dice estar encarando.

El problema

Con las elecciones PASO cada vez más cerca, el Gobierno necesita mantener viva la llama del consumo, aunque contradiga la supuesta lucha contra la inflación que dice estar encarando.

El problema

es que a diferencia de los comicios 2021, esta vez no hay mucho resto en la caja del Tesoro para poner pesos en los bolsillos de la gente. Sin margen para otro “plan platita” financiado por Casa Rosada -el copyright corresponde al ex ministro de salud bonaerense, hoy diputado nacional Daniel Gollan- hoy la platita la tiene que poner la gente, o a lo sumo se les pide ayuda a los bancos para que sean un poco más flexibles a la hora de financiar a sus clientes. Y los bolsillos de los asalariados no están para desbordes. Más allá de que el kirchnerismo se está aferrando a una nueva línea de autoayuda: “hay más plata en la calle de la que se cree”.

No deja de llamar la atención que esta invitación a consumir y endeudarse más “reventando la tarjeta”, hecha por el Gobierno a una población que, mayormente, viene perdiendo contra la inflación, coincida en el tiempo con otra jugada oficial, pero de sentido contrario: subir la tasa de interés de política monetaria para que la gente que tiene pesos y le sobran, los dejé depositados a plazo fijo, para no irse al dólar. Es decir, le sugiere al ahorrista que postergue consumos. Lo contrario de lo que propuso el lunes el ministro Sergio Massa.

En una señal más de que los bancos ya parecen un apéndice del Gobierno, Economía los quiere obligar a aumentar los límites de gastos y de financiación, a tasas además un poco más bajas. Lo del apéndice del Gobierno es por la cantidad creciente de pesos (de sus clientes) que los bancos le están prestando al Tesoro y al Banco Central. Al Tesoro para financiar su déficit, y al Central a cambio de Leliqs.

Massa puso el foco en los límites de gasto de las tarjetas y en la tasa que cobran los bancos por financiar compras en cuotas o la parte del resumen que no se pagó al día del vencimiento de la tarjeta.

BANER MTV 1

La tarjeta está en retirada

La herramienta de crédito por excelencia, la más rápida y la más ágil es la tarjeta de crédito. Pero el dinero plásticoempezó a perder terreno por varias razones. Una de ellas es que los bancos ya no ven en la tarjeta un vehículo para ganar plata. Hoy es un servicio de baja rentabilidad. Por eso muchos de ellos empezaron a ralentizar la actualización de los límites de compras de los clientes. Nada menos que en un contexto de inflación del 7 u 8% mensual en los meses que transcurrieron de 2023. Y a pesar de que muchos de sus clientes están adheridos a planes sueldo y por lo tanto el banco sabe perfectamente cuántos pesos entran regularmente a esa cuenta.

Desde el punto de vista del banco, la tarjeta de crédito deja de ser negocio si el cliente no financia una parte de su resumen. Porque, en los hechos, está financiado a tasa cero los consumos de un mes, si el cliente paga todo el resumen completo el día del vencimiento. Esto es fácil de entender. Un consumo de por ejemplo $30.000 que se hizo el día siguiente al cierre del resumen mensual se pagará recién a los 30 días a tasa 0% de interés. Al cliente le conviene consumir rápido en los primeros días mientras hace un poco de tasa colocando su liquidez en plazo fijo (rinde 8% mensual) o en un money market (rinde 6%).

Por los límites a los aranceles, comisiones y los reforzados topes a la tasas de interés, a los bancos no les interesa incentivar el consumo con tarjeta de crédito.

Las últimas estadísticas del Banco Central, volcadas en el informe de pagos minoristas, ratifican esto. El trabajo, con datos a marzo de este año, dice que “se observan variaciones interanuales del 11,6 % en cantidades de operaciones pero caídas en términos reales -descontada la inflación del -1,5 % en montos, realizándose 103,4 millones de pagos por $ 877,6 mil millones”.

Para el mes de abril la variación real de montos operados fue -7,2% y en cantidad de operaciones -1%.

Los datos son elocuentes: hay un retroceso en el uso de las tarjetas de crédito, justamente cuando más conveniente sería su uso, dada a inflación galopante.

Es verdad que los usuarios le tienen respeto a la tarjeta. Y los que menos habilidades financieras tienen prefieren usarla lo justo y necesario, para no perder el control de sus pesos. Es decir, no tentarse con consumos y cuotas que luego se hacen difíciles de afrontar.

Por eso también surgen como grandes ganadores en el mundo de los medios de pago las billeteras virtuales y otros medios de pago donde se ve al instante cuánta plata queda en la cuenta.