En lo que va del año, los alimentos explican casi la mitad de la inflación de los hogares más pobres

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En lo que va del año, el crecimiento dispar de los rubros que integran el Indice de Precios al Consumidor (IPC) profundizó la regresividad de la inflación, es decir, su condición de

afectar en mayor medida a quienes destinan una mayor proporción de sus ingresos al consumo.

Así, mientras que el gasto en alimentos y bebidas e indumentaria representa casi la mitad (44%) del gasto del 10% de los hogares más pobres, en el 10% de los hogares más ricos estos dos rubros explican menos de un 20%, menos de la mitad.

Un reciente informe de la consultora Ecolatina recuerda que a pesar de la notable aceleración que tuvo la inflación en 2022 (pasó del 51% al 95% interanual), el proceso inflacionario no profundizó su sesgo regresivo. Es decir afectó de manera más homogénea a los distintos sectores socioeconómicos.

Sin embargo, en lo que va de 2023 esa dinámica se alteró y “en cada uno de los primeros cuatro meses del año la inflación mensual para los deciles más bajos fue mayor que para los de mayores ingresos, acumulando un 33,1% para el decil 1 y 30,7% para el decil 10, una diferencia no menor”, según el análisis de la consultora.

De esta forma, el proceso inflacionario se volvió aún más regresivo en lo que va del año: la inflación de los hogares más pobres es mayor que la de aquellos hogares con mayores ingresos.

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¿A qué responde esto? Principalmente a una mayor dinámica relativa de los precios de los alimentos: mientras que el Nivel General del IPC trepó 32% en los primeros cuatro meses del año, los alimentos y bebidas aumentaron más de 41% (+9 puntos porcentuales).

Por esta razón, los alimentos y bebidas explicaron casi la mitad de la inflación de los hogares más pobres (48,3%) en lo que va del año, mientras que para el decil más rico la incidencia fue de 20,4%. En los sectores de mayores ingresos la inflación se explicó en mayor medida por los mayores aumentos en Educación y en Restaurantes y Hoteles (que se ubicaron 9,2 y 3,5 p.p. por encima del Nivel General respectivamente) que tienen un mayor peso en las canastas de los hogares más ricos.

En igual sentido, la actualización en las tarifas de servicios públicos (gas, electricidad, agua y transporte público) que se viene efectuando desde finales de 2022 tiene un componente regresivo en materia de precios: su consumo es ineludible y representa un porcentaje mayor del gasto de los hogares de menores recursos (explica 15% de la canasta del primer decil y 10% del décimo).

"Si bien la tarifa social está operativa, protegiendo a las familias de los primeros deciles, la “porosidad” de la segmentación (hogares que no se inscriben, fallas en la implementación) hace que este sea un problema adicional para algunos de los hogares de menor ingresos", detalla el informe.

Los ingresos laborales, también más dispares

De documento se desprende que no sólo la inflación por decil se movió de manera dispar, sino que también lo hicieron los ingresos laborales: en el primer trimestre el salario nominal asociado a hogares de menores ingresos creció 1,1 puntos por debajo de aquellos vinculados a los de mayores ingresos. En la variación interanual, la diferencia es de más de 13 puntos.

Además, cuando se lo compara con la inflación del primer trimestre se puede ver que los ingresos laborales reales llevan una pérdida para el 60% más pobre, mientras que los últimos 4 deciles crecieron en términos reales.

"Este resultado más favorable para las familias de mayores ingresos está explicado en gran medida por la dinámica de los trabajadores públicos -en marzo sus salarios crecieron 16,3% mensual según el INDEC-. Si su desempeño hubiese sido igual al de los trabajadores registrados ese mes (+7,9%), en el primer trimestre todos los deciles hubiesen sufrido una pérdida real de los ingresos laborales", señala.

"De esta forma, los hogares de menores ingresos no solo se vieron relativamente más golpeados producto de la aceleración de precios, sino que también fueron los que peor resultado tuvieron respecto al salario", advierte. El resultado empeora si se considera la variación interanual. En este caso, todos los sectores menos el más rico presentan una pérdida real, que trepa a casi -5% en promedio para el estrato bajo – representado por los primeros cuatro deciles- y se ubica en la zona de -1,3% promedio para los más altos.

SN

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