Deberían ser días de calma, al menos en las declaraciones públicas ahora que tras su gira por China, Sergio Massa debe encarar la compleja y más difícil negociación con el FMI.
En la comitiva que el ministro de Economía trajo a Beijing todo parece estar bajo control, algo clave para Massa que a 19.000 kilómetros de Buenos Aires intenta mostrar cómo juega a ambos lados del tablero.
No parece ser el caso de Máximo Kirchner, con veladas declaraciones hacia Estados Unidos y sobre el rol del FMI que podrían complicar las cosas. Eso sí, el hijo de la vicepresidenta le pidió a China que apoye al país en el directorio del FMI, que ocupa el tercer sillón del Fondo después de Estados Unidos y Japón.
Hábil, Sergio Massa hizo que Cecilia Moreau su mano derecha en la legislatura, lo acompañara a casi todos los eventos. El más relevante fue el de este jueves en la Asamblea Popular Nacional China, órgano supremo dentro de las instituciones del Estado.
En otra muestra del tratamiento que le dieron los chinos a esta visita de Massa con nivel de Jefe de Estado, a Máximo Kirchner lo recibieron en el gran salón del pueblo de Beijing, Asistió junto a Moreau, a la sazón presidenta de la cámara de Diputados. Y fueron recibidos por su presidente, Zhao Leji, quien envió saludos a Cristina Kirchner y les anticipó que China apoya el ingreso de Argentina a los BRICS.
Zhao Leji tiene una intensa carrera política como gobernador, ex secretario del poderoso Partido Comunista Chino, hoy preside la Asamblea Popular y está a cargo nada menos que de la secretaría de la Comisión Central de Control Disciplinario.
Pero lo que tuvo un verdadero eco fueron las declaraciones de Máximo cuando asistió a la facultad de Ciencias Sociales. Allí pronunció un discurso y reiteró sus críticas a Macri: “A partir de 2015, el brutal endeudamiento del gobierno de Macri nos volvió a generar muchísimos condicionamientos externos. Compartimos plenamente el concepto de "comunidad con destino compartido" de China a la hora de intervenir en la política internacional y en los organismos internacionales, ya que nadie se salva solo en un mundo en crisis. Por eso en estos momentos el rol de China en organismos financieros como el FMI es muy importante, para que haya flexibilidad y no se pretendan imponer las mismas recetas en situaciones diferentes”, sostuvo.
También y en lo que fue mensaje hacia EE.UU, soltó: “Latinoamérica es una región que para algunas potencias es un territorio en disputa por sus recursos naturales. Sin embargo, los pueblos que allí viven no queremos ser oprimidos por ninguna potencia”.
Máximo se hospeda junto a toda la comitiva en el St. Regis pero, a diferencia de sus compañeros de misión, que acceden a pedidos de información, no se deja ver. Y ha optado, en cambio, por enviar declaraciones por escrito.
Ha trascendido, sin embargo, su asombro por los edificios de inmensas proporciones en las anchas avenidas de Beijing. Le contaron que esas sedes gubernamentales y de compañías buscan mostrar poderío desde la arquitectura como la casa central de Petrochina.
Y la novedad es que por el enfrentamiento comercial y tecnológico entre EE.UU. y China, Beijing se dio una política de apertura e incentivo para que las compañías internacionales instalen centros innovación. Esta semana se supo que las alemanas Mercedes Benz y Bayer están concretando inversiones millonarias para desarrollos tecnológicos. El año pasado destinaron US$ 100 millones en una ciudad como Beijing que cuenta con 100 universidades y 1.000 centros de investigación tecnológica.