El sector energético, generador de divisas que Argentina necesita

Economia
Lectura

Por

Miguel Peirano

Ex Ministro de Economía. CEO de la Cámara Argentina de la Energía (CADE)

El presente nos enfrenta a restricciones por falta de divisas cuyas consecuencias negativas impactan en

Por

Miguel Peirano

Ex Ministro de Economía. CEO de la Cámara Argentina de la Energía (CADE)

El presente nos enfrenta a restricciones por falta de divisas cuyas consecuencias negativas impactan en

la vida cotidiana de todos.

Sin embargo, hay motivos para analizar detenidamente el escenario de los próximos años, en particular del flujo de divisas de nuestra economía.

BANER MTV 1

Por un lado, desde la demanda de divisas, existen obligaciones crecientes por las necesidades de pago debido al endeudamiento del Estado con los privados y con el FMI.

También influye una muy significativa deuda comercial de las empresas privadas, en dólares, además de compromisos financieros privados y dividendos no transferidos a las casas matrices que están pendientes de realizarse.

Como es sabido, existen sectores de la industria que requieren de insumos y servicios globales, más allá de considerar otras actividades, como el turismo, que puede ser demandantes netos de divisas.

Pero, por otro lado, se debe considerar que el sector externo tendrá oferta de dólares por diversos factores.

Los inversores externos pueden generar un saldo positivo de divisas por inversiones en la economía real, las cuales - a priori -, pueden ser de corto plazo, pero que pueden extenderse en el tiempo si se visualiza un escenario positivo.

El sector agropecuario mantiene su enorme potencial como generador de exportaciones y hay ramas industriales, de la economía del conocimiento y de servicios en general que ganan mercados externos.

Otro sector que va a generar divisas para el país y provocar un cambio sustancial de tendencia frente a las restricciones externas es el energético.

Nuestro país tiene importantes recursos energéticos que lo convertirán en un país exportador, con una balanza comercial superavitaria. Existe un enorme potencial de crecimiento en la exploración, producción y comercialización de gas natural y petróleo y de las energías alternativas.

A la existencia de los recursos convencionales se ha sumado el desarrollo de los no convencionales, siendo Vaca Muerta una realidad evidente con un potencial extraordinario: fuera de EE.UU., es el mayor recurso no convencional del planeta.

En un marco de reglas básicas consistentes, y considerando un escenario “prudente”, las proyecciones de la CADE indican que la industria energética está en condiciones de aportar un superávit comercial en torno a los US$7.000 millones a partir del 2025-2026, en torno a los USD 10.000 millones en 2027 y superar los 12.000 millones de dólares hacia el año 2030.

Si introdujéramos supuestos más “optimistas”, - aunque también realistas - estas cifras se potencian y podrían plantearse superávits comerciales en torno a los 20 a 30 mil millones de dólares en el 2030. Más allá de los supuestos, las diversas proyecciones de expertos del sector evidencian un flujo de divisas muy importante.

Para alcanzar estos niveles de la balanza comercial del sector, son necesarias también inversiones muy importantes por parte de las compañías que operan en el país. En este sentido, las proyecciones muestran niveles de inversión en torno a los 7.000 millones de dólares anuales, cifra que se elevaría significativamente si se construyeran plantas de licuefacción. Es otro factor de ingreso de divisas.

Los distintos escenarios y proyecciones están relacionados a la consistencia de las políticas económicas y sectoriales, la evolución de los precios internacionales y al avance en obras de infraestructura ineludibles, como gasoductos, oleoductos y plantas de licuefacción.

Por otra parte, el crecimiento al que apuntamos requerirá una planificación entre el Estado y el sector privado de manera de poder garantizar la infraestructura necesaria, la formación de recursos humanos, el acceso a insumos y la tecnología.

Nuestro país debe ser un jugador activo en el proceso de transición energética. Tenemos una ventana de oportunidad que debemos aprovechar para potenciar el desarrollo, generando más empleo de calidad y desarrollo a nivel federal.

En síntesis, el sector energético puede contribuir a que Argentina mejore sensiblemente sus cuentas externas y supere las restricciones presentes. Sin embargo, el desarrollo del país no es un proceso automático. La posibilidad que los recursos naturales se vinculen con una mejor calidad de vida se relaciona con la capacidad de adoptar decisiones en todos los planos, como el de la educación, economía, innovación e integración internacional.

En el plano económico, los extraordinarios recursos naturales con los que contamos deben transformarse en producciones cada vez más competitivas, integradas en cadenas de valor y generadoras de una economía diversificada sectorialmente y con mayor empleo calificado.

Mirá también

Sergio Massa consiguió US$ 1.000 millones en China, pero están en duda los fondos para ampliar el gasoducto

Importaciones: tientan con un bono "dolarizado" a las petroleras para que adelanten divisas