Después de China, Massa pide dólares al FMI para intervenir en el mercado

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Decorado para la ocasión con orquídeas blancas y hortensias celestes en otra muestra de que los chinos están en todos los detalles, el salón VIP del Four Seasons de Beijing fue preparado

especialmente para que Sergio Massa recibiera individualmente a directivos de compañías chinas con negocios en la Argentina.

El representante de la poderosa China Machinery Engineering Corporation le dijo que solo había podido aprender una sola palabra en castellano: Siras. Cuentan en la comitiva argentina que Massa no pudo contener la risa. “No problem. Ahora están los yuanes, va a poder traer las máquinas para la minería. Son Siras en yuanes”, le habría dicho el ministro sobre las Sira, el mecanismo para importar.

Por cierto, en el equipo económico leían ayer a los swap como sinónimo de haberle encontrado al menos una vuelta a la escasez de dólares. Desde los celulares consultaban la repercusión en Buenos Aires a nivel de las empresas. Los que están entrenados se anticiparon. Y fue evidente en los dos lados de la grieta.

En el debut del mecanismo, Mirgor, la compañía en la que el amigo de Mauricio Macri, Nicky Caputo, posee el 8%, solicitó junto a Newsan de Rubén Cherñajovsky, amigo de Daniel Scioli, unos US$ 630 millones. A la petrolera Total le pagaron en yuanes dos barcos con GNL.

Pero terminada la misión en China, Massa junto a Gabriel Rubinstein, Leo Madcur y Marco Lavagna se enfrascaron en lo que será una negociación tensa con el FMI. Buscan sensibilizar otros apoyos, en el Senado, el Tesoro y la Casa Blanca con un pedido: que el Fondo permita utilizar parte de los dólares para intervenir en el mercado cambiario. Claro que esa solicitud implica un cambio de fondo para el Fondo que cuestiona que el Gobierno compre dólares a $ 300 en el caso del dólar soja y los venda a $ 230 quebrando el balance del Banco Central.

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Según trascendió, entre las presiones de EE.UU. y la resistencia del staff habría una situación de empate. ¿Logrará Massa el desempate? Cerca suyo confían en una nueva fórmula que le permita a la Argentina disponer de esos dólares. No está claro cuánto del reclamado anticipo por US$ 10.000 millones. Economía presiona, además, para que esos dólares ingresen lo antes posible, a lo sumo a fin de mes, para enfrentar lo que se imagina como un tenso calendario electoral.

Cerca de Massa comentaban que estas tratativas coinciden con cuestionamientos hacia Kristalina Georgieva por la demora en la asistencia Ucrania. También, que por su tamaño, la deuda Argentina representa el 40% de los préstamos de un FMI que con pocos clientes en el mundo es mucho más pequeño. Si se suman Egipto y Ucrania entre los tres países son el 70% de los problemas del Fondo. Contaron que en Washington les aseguran que no dejarán caer a la Argentina, “porque se convertiría en un leading case”.

Quienes tienen contacto con el ministro deslizaban ayer que ya no se propone reordenar la economía. Lo único que tiene decidido es impedir un salto cambiario del dólar oficial. En su visión, la política con internas feroces en las dos fuerzas mayoritarias genera más incertidumbre. En ese escenario, con cualquier movimiento en el tipo de cambio se correría el riesgo de una crisis terminal.

En estas horas la definición del FMI entró en un período decisivo. Las tratativas continúan por zoom y de avanzar viajaría Massa. Ya está previsto que vayan el próximo 12 a Washington Rubinstein, Miguel Pesce, Lisandro Cleri, Madcur y Lavagna, justo en la semana en la que se conocerá la inflación de mayo. En el Gobierno apuestan a que será algo menor a la de abril, pero no se ilusionan demasiado. En una Argentina en la que lo normal parece extraordinario, destacaron aquí el trabajo del Indec. Todos le creen.

Cuando explicaron aquí a miembros de la comitiva el flujo de negocios con China, segundo socio comercial del que importamos US$ 17.500 millones en 2022 y les vendimos por US$ 7.928 millones, advirtieron que las estadísticas chinas no son muy confiables. En parte, porque no se muestran números país por país, sino por regiones. Otro dato: China es nuestro principal inversor en infraestructura pero al canalizarlas vía otro país, en sus estadísticas en vez de Argentina aparecen las islas vírgenes británicas como el receptor. Toda una ironía.

Beijing, enviada especial