La llave que hace diez decidió usar el fiscal Guillermo Marijuan abrió la puerta por la que este lunes Cristina Kirchner salió indemne de una de las causas por corrupción más famosas,
El desenlace era previsible y anunciado desde que Marijuan pidió el sobreseimiento de Cristina: si el acusador no acusa, al juez sólo le queda refrendar esa fotografía con su firma. Pero toda la secuencia ofrece retazos para guardar.
El primero, y más elocuente, es el giro de Marijuan respecto de su perseverante acusación a la vice durante los diez años que tiene este expediente, cuyo primer y principal tramo acabó con la condena a Báez y su pandilla de cómplices. Diez años de prisión para él -luego de que la Casación Federal bajara la pena original de doce años atribuida en el juicio oral por el TOF 4- seis años y medio y tres para sus hijos varones, seis y cinco para su contador y su abogado, por ejemplo. En el océano de impunidad en el que históricamente naufraga la Argentina, esas condenas son muy altas.
Y fueron posibles por el excelente trabajo de Marijuan y Casanello durante la instrucción, siguiendo la pista de los millones de dólares que salieron hacia guaridas fiscales del Suiza y el Caribe, y luego reingresaron al país para blanquearse en el patrimonio de Báez. ¿Sólo de Báez? Esa es la pregunta clave que al menos en el marco de este expediente quedará soplando en el viento, como cantaría Bob Dylan.
Volvamos al atiborrado mapa judicial de Cristina Kirchner. Luego de ser acusada en la Ruta del Dinero K como posible partícipe de las maniobras de su socio, cliente, amigo y confidente heredado de su marido, la vicepresidenta fue denunciada e investigada junto a Lázaro Báez en otros expedientes: Vialidad -donde ambos terminaron condenados en diciembre por una mega defraudación al Estado a través de manganetas con la obra pública vial de Santa Cruz-, Hotesur y Los Sauces -cuya acusación refleja la supuesta "devolución" de fortunas por parte de Báez y de Cristóbal López a Cristina, a través del alquileres truchos de hoteles y departamentos- y, ya sólo ella, el colosal sistema de recaudación de sobornos registrado en los Cuadernos de las Coimas.
Es decir que las sospechas de la participación de Cristina en el circuito investigado en la Ruta del Dinero K eran más que verosímiles. A los bolsillos de Lázaro Báez no entró un sólo centavo que no proviniese de los contratos públicos que le regalaban a repetición sus socios Néstor y Cristina Kirchner.
En Vialidad se comprobó que gran parte de esa plata nunca terminó en el cemento que debía volcarse en las rutas de Santa Cruz. Y en Hotesur/Los Sauces, que una buena porción de esa torta acababa en aquellas dos empresas fantasma de la familia Kirchner. ¿Por qué los 55 millones de dólares que Lázaro lavó entre 2010 y 2015 habrían tenido un devenir diferente?
Una posibilidad: que ante la súbita muerte de su amigo, el contratista haya tratado de esconderle a la viuda parte del botín que según lo acordado con Néstor le correspondía, y por eso el apuro la chapucería para hacer desaparecer los dólares del país, con ayuda de los extravagantes financistas Fariña y Federico Elaskar.
Pero esa teoría tampoco fue probada por nadie en el expediente. Y esto es clave. En cambio, las últimas medidas a cuya espera el fiscal Marijuan supeditaba su opinión ante los reiterados embates de los abogados de la vice para ser sobreseída, mostraron un resultado muy sugerente y diametralmente opuesto a la decisión que terminó tomando el acusador.
Es que la semana pasada, en medio del texto con el que el fiscal admitía la supuesta falta de pruebas con la que justificaba el pedido de sobreseimiento de Cristina, el país entero se desayunó con que el organismo de escuchas judiciales que depende de la Corte había descubierto 372 comunicaciones entre Báez y Cristina o sus secretarios y allegados, en el lapso que estaba bajo la lupa: 2010 a 2013. No es todo, también se comprobaron dos visitas de Lázaro a la Quinta de Olivos, coincidentes con las fechas en las que Fariña había señalado que ambos conversaron sobre la plata de Báez -supuestamente- que salía del país.
Pasando en limpio: las pruebas cuyo resultado se esperaba agigantaron las sospechas que existían antes de pedirlas. Pero el fiscal optó por soslayarlas y pedir un rápido sobreseimiento. Cosas de la justicia.
Hace un año, en abril de 2022, Cristina había pedido por enésima vez que la sobresean. Marijuan se negó, y Casanello acordó con él, recordando que "fue ordenada la totalidad de las diligencias propuestas por el fiscal en su dictamen del 21 de octubre del 2021. Sus resultados fueron incorporados paulatinamente a estos actuados, encontrándose en trámite preparatorio el entrecruzamiento telefónico y en pleno intercambio entre países lo que atañe al pedido de asistencia internacional”.
Y agregó: “No considero correcto, como director del proceso penal, mutilar vías de investigación abiertas. Si en su momento se consideraron útiles y pertinentes, no hay una razón válida para revisar hoy -por el mero paso del tiempo- ese criterio. Por eso, insistiré y esperaré sus resultados”.
Los resultados llegaron, pero se usaron para cerrar la investigación en lugar de profundizarla. Como bien diría el recordado maestro Julio Blanck en sus columnas dominicales de Clarín: ¿Azúcar o sacarina?
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