La carrera por la Casa Blanca para el año próximo se recalienta con el ingreso del ex vicepresidente Mike Pence como candidato en la interna republicana, donde sin dudas protagonizarán
Pence presentó este lunes los papeles a la autoridad electoral de EE.UU. para competir en la interna del partido republicano que hoy domina Trump por lejos, seguido por el gobernador de Florida Ron de Santis y más lejos por la ex embajadora ante la ONU Nikki Haley.
Pence ya había dejado trascender que se postularía, pero recién ahora se oficializó: ahora tendrá que superar la fuerza de Trump dentro del electorado republicano y convencer a los votantes de que es una mejor opción que el hombre con el que gobernó durante cuatro años antes de que su relación se fracturara después de las elecciones de 2020.
Pence, un hombre con escaso carisma y a menudo calificado como “gris”, ingresa a la carrera con algunos pergaminos bien fuertes dentro del mundo republicano. Más allá de haber servido como vicepresidente de Trump, antes fue congresista y gobernador de Indiana.
Las encuestas
Su equipo cree que el profuso historial conservador y religioso de Pence será vital para captar el electorado que se enfoca más bien en los temas y no en el carisma del candidato.
Por ahora Pence está detrás de Trump y DeSantis en las encuestas nacionales de votantes republicanos, y en algunos casos está debajo de Haley, quien entró a la carrera en febrero. Sin embargo, todavía falta mucho para las elecciones primarias, coinciden los expertos, y todo puede cambiar.
Además, una encuesta de CNN a fines de mayo encontró que el 54 por ciento de los encuestados dijeron que apoyan o considerarían apoyar a Pence.
El mayor desafío de Pence como candidato será sin dudas enfrentar a su ex jefe pero al mismo tiempo buscar apoyo entre los votantes que siguen al magnate. Un dato: Trump y Pence no han hablado en aproximadamente dos años.
La relación de Pence con Trump se quebró tras las elecciones de 2020.
Mientras el magnate propugnaba que había fraude en su contra, el vice se mantuvo al margen de esa disputa, pero en el momento que le correspondía por su cargo buscó avalar el resultado.
La ruptura total fue el 6 de enero de 2021, cuando una multitud de trumpistas asaltó el Congreso mientras los legisladores, encabezados por Pence, intentaban certificar en el recinto el triunfo de Biden en las elecciones.
El video del ataque al Capitolio ese día mostró a algunos de los violentos cantando "Cuelguen a Mike Pence", y Trump dijo en ese momento que Pence no tenía el "coraje" de actuar.
Pence calificó el 6 de enero como un "día oscuro" para la democracia de EE.UU., expresó su frustración porque la retórica de Trump puso en peligro a su familia y afirmó repetidamente que el vicepresidente no tenía el derecho constitucional de anular por sí solo el resultado de las elecciones como Trump había afirmado.
Pence testificó a fines de abril ante un gran jurado que examina los intentos de Trump de permanecer en el poder.
Posiciones claras en temas controvertidos
Pence es un hombre fuertemente conservador y religioso. Es sabido en Washington, por ejemplo, que no asiste a ningún cóctel de trabajo sin su esposa. Ha construido relaciones sólidas a lo largo de los años con los votantes evangélicos, con los que habla con frecuencia sobre su fe y temas que resuenan con ese bloque, como el aborto, la elección de escuela y la libertad religiosa.
El ex vicepresidente tiene posiciones claras sobre temas controvertidos que otros candidatos han evitado en gran medida. Por ejemplo, Pence ha dicho que apoya que los estados aprueben leyes más restrictivas que limiten el acceso al aborto, y que la mifepristona, la píldora más comúnmente utilizada para el aborto que es objeto de una batalla judicial, debería retirarse del mercado.
También señaló que apoyaría la legislación a nivel federal que prohibiría el aborto después de las 15 semanas de embarazo.
Otros candidatos, especialmente Trump y Haley, aún tienen que establecer si apoyan algún tipo de prohibición federal del aborto.
Pence también rompe con otros en el partido sobre el Seguro Social y Medicare, dos beneficios que dijo que necesitan "reformas de sentido común" para que sigan siendo solventes y accesibles para las generaciones futuras, una manera sutil de reclamar recortes en esas áreas.
La retórica del vicepresidente sobre el tema rompe fuerte con Trump en particular, quien ha pedido a los republicanos que dejen intactos el Seguro Social y Medicare en las próximas conversaciones presupuestarias.
Y Pence ha sido un defensor abierto del apoyo de Estados Unidos a Ucrania en su lucha contra Rusia en un momento en que Trump, DeSantis y otros en el partido han sugerido que no está en el interés de Estados Unidos proporcionar ayuda a los ucranianos.
El Comité Nacional Demócrata reaccionó enseguida al anuncio del ex vice. “Pence impulsó una agenda extrema en el Congreso y la cámara estatal de Indiana antes de convertirse en el compañero de MAGA de Donald Trump durante cuatro años y luego hacer campaña para los negadores de las elecciones el año pasado", dijo el presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, en un comunicado.
"Ahora promete llevar la agenda Trump-Pence aún más lejos, liderando la carga para una prohibición nacional del aborto, recortando Medicare y poniendo fin a la Seguridad Social tal como la conocemos".
Washington, corresponsal
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