Después de acusar a soldados rusos de disparar en su contra, los mercenarios del Grupo Wagner al servicio del Kremlin capturaron a un teniente coronel de las fuerzas comandadas por
La relación entre los chechenos que combatieron en nombre del presidente ruso en Ucrania y el ejército dependiente de las fuerzas armadas enfrenta una interna despiadada. El resultado de la inquina se conoció este fin de semana, luego de que Roman Venevitin de la Brigada 72 fuera capturado y obligado a confesar que había disparado contra un vehículo de Wagner.
Anteriormente, habían denunciado que los militares rusos sembraron su zona de influencia con minas terrestres y además los acusaron de retirar sus tropas.
En la pieza audiovisual que se conoció este fin de semana se ve a Venevitin con la nariz golpeada, mientras la cámara le hace un primer plano y responde varias preguntas. Allí sostiene que "abrió fuego contra un vehículo Wagner PMC mientras estaba intoxicado por alcohol" y que fue por “animosidad” contra ellos.
Los balazos no hirieron a ningún mercenario pero causaron daños en un camión con distintos suministros.
Al cierre de esta nota, no hubo respuesta desde el gobierno ruso al trato que recibió el militar. Sin embargo, la tensión entre Wagner y el Kremlin continúa en ascenso luego de que en mayo los acusaran de traidores.
El jefe del ejército privado, Yevgeny Prigozhin, indicó que las minas habían sido colocadas por soldados rusos mientras se retiraban de la zona de Bakhmut, territorio donde los chechenos combatieron contra los ucranianos. "Descubrimos alrededor de una docena de lugares donde se colocaron varios artefactos explosivos, desde cientos de minas antitanque hasta toneladas de misiles autopropulsados Zmey Gorynych", detalló.
Según informó Daily Mirror, algunos analistas temen que se desate una guerra civil rusa si la ofensiva lanzada por Putin en febrero del 2022 falla y el mandatario pierde la guerra. El ejército del Grupo Wagner está constituido por 60 mil hombres y es uno de varios dentro del estado ruso.
