Putin: la contraofensiva ucraniana ya comenzó y no está logrando sus objetivos

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La anunciada contraofensiva de Ucrania para recuperar los territorios ocupados por Moscú ya empezó, pero no logró “sus objetivos”, afirmó ayer el presidente ruso, Vladimir Putin, en un momento en el

que arrecian los combates en el sur del país y Kiev sigue sin pronunciarse sobre su estrategia.

“Podemos afirmar plenamente que esta ofensiva ha empezado”, declaró Putin en un video difundido por Telegram. “Las tropas ucranianas no lograron su objetivo en ninguno de los campos de batalla”, dijo.

Putin afirmó que “todos los esfuerzos de contraofensiva hasta ahora han fracasado, pero el régimen de Kiev sigue teniendo un potencial ofensivo”.

Ayer, Estados Unidos anunció que entregará a Ucrania una nueva partida de ayuda militar por 2.100 millones de dólares, que incluye municiones para los sistemas de defensa antiaérea Patriot, proyectiles de artillería, drones y municiones para sistemas de cohetes guiados por láser.

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Las autoridades rusas reportan intensos combates en la región de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, pero afirmaron que repelieron varios ataques ucranianos.

“Durante las últimas 24 horas, las fuerzas ucranianas continuaron sus intentos de llevar a cabo ofensivas en las regiones de Iujno-Donetsk y Zaporiyia”, indicó el Ministerio ruso de Defensa, agregando que esas tentativas fueron rechazadas.

Poco antes, Vladimir Rogov, un responsable de la ocupación rusa, había informado de la reanudación de “combates activos en la región Orejovo, el topónimo ruso de Orijiv, y Tokmak”, en la región de Zaporiyia, a la altura de la actual línea de frente entre las fuerzas rusas y ucranianas.

Las autoridades de Ucrania y el ejército, reforzado con los envíos de material occidental, mantienen un perfil bajo y no han comentado las afirmaciones de Rusia.

Pero numerosos observadores coinciden en que la contraofensiva ucraniana ya empezó, entre ellos, el centro de estudios estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), que no espera “una sola gran operación”, sino una serie de acciones coordinadas.

“A la vista del uso de materiales occidentales, parece que la ofensiva ucraniana está en curso”, estima el analista estadounidense Michael Kofman, citado por el diario The Financial Times.

Siguiendo la línea adoptada en los últimos días, las autoridades ucranianas se muestran muy vagas respecto al tenor de sus acciones. Ucrania se juega mucho. Las autoridades saben que no tendrán muchas ocasiones para repeler a los rusos y recuperar los territorios ocupados en el sur y el este del país.

“La presión sobre los ucranianos es muy fuerte, y tal vez estemos en un momento bisagra en la guerra”, comentó un alto mando del ejército francés, refiriéndose a las acciones preparatorias que, según él, forman parte de la contraofensiva. “Tengo la sensación de que irán por todo. Si funciona, negociarán en posición de fuerza, y si no funciona, en menos de dos años hay elecciones en Estados Unidos, algunos depósitos (de armas occidentales) han alcanzado niveles críticos, y saben que la situación está tensa”, apuntó el oficial.

Y añadió: “Si no funciona, la negociación se hará en condiciones menos ventajosas” para los ucranianos, que “saben esto muy bien” y por eso mismo están “apostando fuerte”.

En estas últimas semanas, Ucrania ha puesto a prueba las posiciones rusas a lo largo de la línea del frente, del sur al este, una manera, según los expertos, de sembrar la incertidumbre antes de llevar a cabo un ataque decisivo.

Al interior del territorio ruso, en la ciudad de Voronezh, a unos 200 kilómetros de la frontera con Ucrania, tres personas resultaron heridas ayer al estrellarse un dron contra un edificio de viviendas, indicaron las autoridades locales.

Problemas de acceso al agua potable. En las regiones del sur de Jersón y Mikolaiv, las inundaciones causadas por la destrucción el martes de la represa de Kajovka, en el río Dniéper, dejaron al menos 13 muertos: ocho en las zonas bajo control ruso y cinco en las ucranianas, donde también hay 13 desaparecidos.

“Según las previsiones, la crecida de las aguas todavía puede durar 10 días”, aseguró Vladimir Saldo, jefe de la parte ocupada por Moscú en la región, nombrado por Rusia.

Tatiana Yoenko, una mujer de 45 años residente en Chornobaivka, contó que “el agua ya entró en las casas y las calles. “Cada dos horas salgo para ver si el agua sigue subiendo”, dijo.

En la ciudad de Jersón, el nivel del agua empezó a bajar “por primera vez”, según Laura Musiyan, del centro meteorológico local.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que visitó la zona inundada el jueves, afirmó ayer que “para cientos de miles de personas en numerosas ciudades y pueblos, el acceso al agua potable está seriamente comprometido”.

Kiev y Moscú se acusan mutuamente de la destrucción de la represa. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, estimó ayer que “todo parece indicar” que los rusos destruyeron la instalación.

El instituto de sismología noruego Norsar informó que detectó una “explosión” procedente de la región ucraniana en la que se encuentra la represa de Kajovka en el momento de su destrucción, sin zanjar el debate.

Nuclear. Por su parte, el director ejecutivo de la agencia nuclear rusa Rosatom, Alexi Lijachev, llamó a la calma ayer al asegurar que la destrucción de la gran represa ucraniana de Kajovka no afectará a la central nuclear de Zaporiyia.

“La central nuclear no se va a convertir en una segunda Chernóbil. El incidente en sí no ha tenido ningún efecto en lo que se refiere a la seguridad de la central nuclear”, sostuvo Lijachev en comentarios publicados en un canal de Telegram y recogidos por la agencia TASS.

El responsable de Rosatom sostuvo que Ucrania sigue bombardeando las inmediaciones de la central y en concreto en hasta cuatro ocasiones el jueves, ataques que dejaron al menos dos heridos, siempre según Lijachev.

“La continuación de estos ataques es un desafío descarado a los principios proclamados por la Agencia Internacional de la Energía Atómica”, denunció el responsable ruso, en referencia a la agencia nuclear de la ONU, que lleva desde el principio de la guerra alertando del peligro que representa el conflicto para la estabilidad de la central.

La AIEA, que prepara una nueva misión de investigación para la semana próxima, había asegurado este miércoles que el personal de la central nuclear sigue reponiendo agua para la refrigeración de sus reactores del embalse de Kajovka tras el ataque contra la infraestructura, que provocó inundaciones en los alrededores de Jersón.

En el frente judicial, la Corte Internacional de Justicia de La Haya autorizó ayer a varios países aliados de Ucrania a participar en la causa en trámite contra Rusia por la invasión que comenzó en febrero de 2022.

En tanto, Islandia anunció el cierre temporal a partir del 1 de agosto de su embajada en Rusia, convirtiéndose en el primer país en tomar una decisión de este tipo desde el inicio de la guerra.

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