El final a sangre y fuego de "Tiro Loco": una pistola en cada mano y un tiro letal

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Como en el final de un relato de pistoleros, Miguel Ángel Villalba Pintos (40), alias “Tiro Loco”, murió en una madrugada fría en medio de una lluvia de disparos. El intérprete

de esta historia cayó de la misma manera en que recorrió parte de su vida anudada al delito: protegido por dos pistolas que activó como última defensa antes de caer desplomado por un balazo certero.

Villalba Pintos cargaba en su alforja delictiva dos muertes y un intento de asesinato. Estaba prófugo, había escapado de la cárcel de Ezeiza y sobrevivía en la precariedad del barrio La Palmera, de Melchor Romero, en La Plata, con la venta al menudeo de sustancias prohibidas y otras actividades al margen de la ley, según los datos de la Policía.

Tenía un puñado de pedidos de captura “activos” requeridos por varios juzgados o fiscalías. La última tropelía de “Tiro Loco” fue un trabajo a pedido. Ocurrió hace dos semanas cuando lo llamaron para “resolver” una discusión en medio de un partido de fútbol que se jugaba en una cancha precaria de 35, entre 155 y 156.

Una pierna puesta demasiado fuerte, un agarrón y empujones conformaron la pelea futbolera. Alan J. (16), un adolescente habilidoso, había quedado enredado en la trifulca con varios competidores. Dos de ellos se fueron y al rato regresaron con Villalba Pintos como refuerzo.

Un delincuente conocido como "Tiro Loco" murió al tirotearse con la Policía en Melchor Romero, La Plata. Foto Mauricio Nievas
Un delincuente conocido como "Tiro Loco" murió al tirotearse con la Policía en Melchor Romero, La Plata. Foto Mauricio Nievas

“Tiro Loco” hizo lo que sabía: decidió terminar el pleito a balazos. Alan terminó con heridas en la cadera y en una mano. Lo llevaron al hospital y no tuvo secuelas graves. Pero la denuncia abrió una investigación que pocos días después terminó en la identificación de los atacantes y las órdenes de allanamiento.

BANER MTV 1

Sobre el filo del amanecer de este lunes, el Grupo de Acción Departamental (GAD) de La Plata comenzó los procedimientos. Desplegó un amplio operativo junto con agentes de la comisaría 14ta.

Uno de los lugares a allanar era una casilla de madera, en una calle de acceso complejo en 158 y 34, en Romero, a casi 20 kilómetros del centro de la capital provincial.

Allí sobrevivía Villalba Pintos. Cuando vio los movimientos policiales, decidió escapar resguardado con dos pistolas, una en cada mano. Llevaba una Glock y una Bersa, ambas calibre 9 milímetros.

Cubrió su escape a los tiros. Alcanzó a herir a un sargento, con una bala que le atravesó la mano. Pero en medio de la lluvia de proyectiles uno de ellos lo dejó tendido sobre la calle de tierra. Murió en el acto, según constataron los médicos del SAME.

Prófugo desde diciembre pasado

A “Tiro Loco” lo buscaban desde el 13 de diciembre del año pasado cuando se fugó de prisión. Estaba detenido por un "homicidio agravado". También lo requería la Justicia de La Plata por las lesiones contra Alan, luego del partido del fútbol.

Y registraba otra muerte entre sus antecedentes: mientras estuvo preso en la Unidad 9 de La Plata, mató en una pelea a Roberto Chávez.

En la casilla del barrio La Palmera le secuestraron municiones para armas 9 milímetros, un chaleco antibalas, varios celulares, dinero en efectivo y drogas. 

Vivía solo. En el vecindario lo veían poco, apenas por las noches observaban una luz que salía de entre las maderas. Los escasos movimientos eran de madrugada. Y había llegado hasta el lugar a principios de este año.

Una buena porción de su corta vida la pasó en comisarías, cárceles y prisiones preventivas. O escapando de la Justicia. No se le conoció actividad lícita registrada.

EMJ

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