La Cámara Federal de Casación rechazó un recurso de queja del empresario Armando Loson, quien reclama la "nulidad" de todo lo hecho en relación a su persona en la causa de los
La decisión fue de la sala I del máximo tribunal penal federal del país, que rechazó la queja de la defensa de Loson contra un fallo de la Cámara Federal porteña que desestimó un planteo para declarar la nulidad. Loson se había acogido al régimen del imputado-colaborador y admitido el pago de supuestos sobornos.
En la causa, la vicepresidenta Cristina Kirchner está procesada como jefa de una asociación ilícita que recaudó sobornos millonarios de contratistas del Estado.
El planteo de "nulidad" había sido desestimado en primer lugar por el juez federal Julián Ercolini, en una decisión luego confirmada por la Cámara Federal porteña y que llegó en queja a Casación, donde se rechazó el recurso.
"La decisión cuestionada no reviste la calidad de sentencia definitiva ni se equipara a ella por sus efectos", concluyeron los camaristas de Casación Daniel Petrone, Diego Barroetaveña y Carlos Mahiques.
Además agregaron que por el tema "han recaído pronunciamientos concordantes del juez instructor y de la Cámara respectiva"
El contenido de los cuadernos cuya escritura se atribuye a Centeno abarca períodos desde 2005 a 2010 y de 2013 a 2015 y sus originales están bajo resguardo del Tribunal Oral Federal 7 que prepara con atraso el juicio oral todavía sin fecha de inicio. La causa fue elevada a juicio oral por el fallecido juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli en septiembre de 2019, es decir hace cuatro años.
El remanente del caso tramita aún en el juzgado federal 11, subrogado por Ercolini.
Loson denunció las adulteraciones a los escritos referidos a su persona y a su empresa "Albanesi", en otra causa penal a cargo del juez Marcelo Martínez De Giorgi.
Este último ordenó una pericia sobre copias digitalizadas de los escritos que confirmaron la existencia de dos sobrescrituras en tres de los cuadernos.
La semana pasada citó a declaración indagatoria a un amigo del "imputado colaborador" Centeno, Jorge Bacigalupo, quien realizó un cuerpo de escritura en sede judicial que fue enviado a peritar para confirmar o descartar similitudes en las adulteraciones detectadas.
Bacigalupo guardó los originales de los cuadernos hasta que fueron entregados a la Justicia.