El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó este jueves la intervención extranjera en Venezuela y comparó la negativa de la oposición venezolana a aceptar la victoria de Nicolás Maduro
El 8 de enero, seguidores del expresidente Jair Bolsonaro que no aceptaron el resultado de los comicios de octubre, en los que Lula venció al ultraderechista, invadieron y destrozaron las tres sedes del poder con el objetivo de derrocar el Gobierno.
"¿No tuvimos aquí un ciudadano, un expertito que no quiso aceptar el resultado electoral? ¿No tuvimos aquí un ciudadanito que quiso dar un golpe de Estado el 8 de enero? Hay gente que no quiere aceptar el resultado de las elecciones", dijo Lula en referencia al líder ultraderechista en una entrevista a la Rádio Gaúcha.
En la entrevista, el presidente brasileño criticó que se quiera sacar del poder a quien fue elegido por los venezolanos y señaló que "no está" bien que alguno países "interfieran" para deslegitimizar un Gobierno democráticamente establecido que sólo terminará si Maduro es vencido en las urnas.
"Lo que no está bien es la interferencia de un país en otro país. Y fue lo que hizo el mundo intentando elegir a (Juan) Guaidó presidente de Venezuela, un ciudadano que no había sido elegido", enfatizó el líder progresista.
"Si esa moda pega, no hay más garantía de democracia, se acaba la garantía de la voluntad de los electores", puntualizó.
El Foro de San Pablo
Lula tenía previsto hablar este jueves también en la inauguración en Brasilia del Foro de San Pablo, una organización que agrupa a movimientos y partidos de izquierda de América Latina, en una iniciativa que ha sido duramente criticada por la oposición brasileña.
La presencia del jefe de Estado en el acto, realizado en un hotel de la capital, fue confirmada en la agenda oficial difundida por la oficina de prensa del palacio presidencial.
Al comentar sobre la reunión, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, recordó que es la "primera reunión del Foro después de la pandemia, en un momento especial marcado por el regreso de varios gobiernos preocupados por la agenda de la gente, aquí en Brasil y en toda nuestra región".
"El tema central de este encuentro -subrayó- es el esfuerzo por la integración de nuestros países y la construcción de un orden mundial multipolar y democrático".
Uno de los temas de la agenda debería ser la guerra en Ucrania. Y por eso se esperan invitados del partido Rusia Unida, de Vladimir Putin, el Partido Comunista Chino y representantes del senador demócrata Bernie Sanders, que se reunió con Lula en Washington en febrero.
También se examinará otro tema que podría generar polémica, la violación de los derechos humanos en Nicaragua, con la presencia de una delegación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en el poder.
El régimen de Managua, encabezado por Daniel Ortega, ha lanzado una dura represión contra opositores, ONGs, universidades, medios de comunicación,estudiantes y toda forma de disenso, incluyendo la Iglesia católica, uno de cuyos obispos, Rolando Alvarez, ha sido condenado por la justicia adicta al sandinismo a 26 años de prisión.
Durante su viaje a Europa, y a la luz de su encuentro con el Papa Francisco, Lula declaró, refiriéndose a un pedido formulado por un hombre de "gran personalidad personal y moral" como el pontífice, que "hablaré con (el presidente de Nicaragua Daniel) Ortega, para pedirle que libere al obispo" Alvarez.
"Estoy convencido, concluyó, de que "toda persona que comete un error debe aprender a disculparse. Mi compromiso es poder convencer a Ortega para que reconozca que se equivocó".
La participación de Lula en el Foro de Izquierda fue criticado por varios políticos brasileños, incluido el senador Rogério Marinho, del Partido Liberal (PL) de Jair Bolsonaro, según quien "ahora, en un nuevo gobierno del PT, el Foro de San Pablo se ha vuelto a mostrar y se siente cómodo difundiendo su agenda ideológica de fracasos, de miseria y violaciones de derechos humanos".
ANSA
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