Un comisario de la Policía de Corrientes que se desempeñaba como segundo jefe de la División Infantería fue detenido por el asalto a una pareja de quinteros en la zona periférica de
La Justicia ahora intenta determinar si el oficial actuó en complicidad con otros policías y utilizó el arsenal de la fuerza para irrumpir en la propiedad simulando un allanamiento.
La detención del comisario Cristhian Vargas Exquetino (39) fue dispuesta por la fiscal Maria Lucrecia Troia Quirch, luego de obtener una enorme cantidad de pruebas con la colaboración de la Dirección de Investigación de Delitos Complejos de la Policía de Corrientes.
El oficial es investigado por un robo a mano armada que ocurrió en una propiedad rural en la madrugada del 17 de junio pasado. Al menos cuatro hombres que vestían uniforme policial y portaban armas cortas y largas ingresaron a la casa ubicada en el paraje Paso Pesoa, a unos tres kilómetros de la ruta nacional 12, simulando un allanamiento.
Los ocupantes de la vivienda, una pareja de nacionalidad boliviana, relataron que los delincuentes los obligaron a tirarse al piso boca abajo y empezaron a revisar el lugar en busca de dinero, joyas y otros elementos de valor.
A las víctimas les pareció raro porque el grupo actuó con uniformes de la Policia de Corrientes, contaban con equipos de comunicación tipo handy y usaban términos propios de una fuerza de seguridad.
El grupo se movilizaba en una camioneta y parecía contar con información precisa, ya que hicieron una profunda requisa en un auto que se hallaba estacionado en la propiedad. Finalmente huyeron con medio millón de pesos, algunas joyas y teléfonos celulares.
Un empleado del lugar, que vive a metros de la casa, notó el movimiento en la madrugada y alertó a la Policía, que envió al lugar a un patrullero de la seccional 21, la más cercana. El hombre también avisó a un vecino, integrante de la Prefectura Naval.
El prefecto tomó su arma reglamentaria y se acercó al predio, donde mantuvo un diálogo con los delincuentes tranquera de por medio. El grupo sostuvo que era un “operativo” y con sus linternas iluminaron sus uniformes, situación que tranquilizó al prefecto, que retornó a su casa pese a que todo le resultaba muy extraño.
Pero no sería el único problema que esa madrugada enfrentaría Vargas Exquetino. Cuando se alejaba del predio junto a sus cómplices a bordo de su camioneta, fue interceptado por el patrullero de la seccional 21 que se dirigía a la quinta.
Excusas y "chapeo"
El comisario se vio en la obligación de bajar del vehículo y “chapear” para poder continuar su viaje de retorno a la ciudad de Corrientes. A la oficial a cargo de la patrulla le dijo que estaba en la zona buscando a una persona. Unas horas después, a las 7 el oficial tomó su guardia en Infantería.
La fiscal del caso también tendría una serie de imágenes de cámaras de seguridad que muestran el desplazamiento de la camioneta de Vargas Exquetino hacia la zona del robo. Y ahora se intenta determinar si también usó el arsenal de la División Infantería.
Este lunes la fiscal ordenó un allanamiento de la base operativa donde trabajaba el comisario. De allí se llevaron los libros de novedades y armas para ser peritadas. Posteriormente se dirigieron a la casa de Vargas Exquetino, en el barrio 17 de Agosto, donde también se secuestraron otros elementos, además de la camioneta que utiliza habitualmente.
La Jefatura de la Policía de Corrientes dispuso el pase a disponibilidad del sospechoso, que es hijo de un comisario general retirado de la fuerza.
El ministro de Seguridad de Corrientes, Buenaventura Duarte, reconoció que el comisario y sus cómplices “usaron armas y uniformes de la Policía, ensuciando una institución histórica, cuya función es cuidar la vida y los bienes de los correntinos”. El funcionario admitió que “podría haber más policías involucrados” en el caso.
EMJ
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