Mariela Flores, la madre de Joaquín Sperani, el chico de 14 años que habría sido asesinado por su mejor amigo y compañero de colegio en Laboulaye, Córdoba, había apuntado directamente
Habló de bullying y redireccionó así el móvil del crimen extremadamente violento que confesó haber cometido el amigo, que tiene la misma edad de la víctima.
El cuerpo de Joaquín fue encontrado en una casa abandonada que está a una cuadra del colegio. El presunto asesino incluso volvió a clase después de matarlo.
Tras esas declaraciones en los medios -y en simultáneo con lo que indica el protocolo cuando se judicializa un hecho en el que participan alumnos- desde el Ministerio de Educación de Córdoba confirmaron a Clarín que por estas horas están interviniendo en el Instituto Provincial de Educación Media (IPEM) Nº 278 “Malvinas Argentinas”.
"En principio no hay evidencia de que Joaquín haya sufrido bullying, pero, obviamente, queremos esperar el resultado de esa investigación administrativa", explicaron.
El lunes no hubo clases, pero este martes se realizó una actividad que estaba prevista para antes del inicio de las vacaciones de invierno.
Cuando la madre de Joaquín cargó contra la institución, dijo que "se supone que tiene que ser responsables” de los estudiantes y deslizó que detrás del crimen “hay algo más”. Hasta descreyó de que el sospechoso hubiese sido el único autor del asesinato.
La situación de Joaquín en la escuela
El Ministerio de Educación de Córdoba (como pasa en todas las provincias) tiene un protocolo ante situaciones de estas características donde los equipos de gestión de cada una de las direcciones de nivel trabajan con los equipos profesionales de acompañamiento institucional y con los cuerpos de inspectores.
La investigación administrativa en la escuela a la que asistían los dos adolescentes es a través de la Dirección General de Educación Secundaria y permitirá, según detallan, "dilucidar los desempeños del equipo directivo y docente en la atención de situaciones que hayan involucrado dificultades en la convivencia".
El trabajo en el colegio, además, busca "sostener a la comunidad educativa y recuperar de a poco el clima institucional que permita seguir con la actividad escolar".
Por tratarse de personas menores de 18 años, el resultado de la investigación no será público, pero quedará a disposición de la Justicia cordobesa que, en paralelo, lleva su propia investigación.
Mientras la intervención continúa, la inspectora Andrea Fessi también adelantó que "no hubo situaciones sostenidas que hagan pensar que Joaquín era víctima de bullying". Dijo que los dos chicos "tenían en el aula una buena relación" y que "en algún período del ciclo 2023 se sentaron juntos, pero luego dejaron de hacerlo". La directora de la escuela también sostuvo que la víctima "nunca sufrió bullying".
La investigación judicial
La madre de Joaco había apuntado a la institución como responsable porque "su bicicleta estaba ahí". Esteban Sartori, tío de Joaquín, dijo no entender "por qué este chico hizo lo que hizo" y lo relacionó más a "una cuestión de salud mental" que a acoso escolar.
El juez Sebastián Moro recibió este martes a la madre y al padre del chico asesinado, que asistieron junto al abogado Raúl Frencia. Del encuentro también participaron funcionarios del Juzgado de Control, Faltas, Niñez, Juventud, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género que intervienen en la causa judicial.
Según los primeros detalles que trascendieron, Joaquín y su amigo ingresaron al colegio el jueves a la tarde y salieron a los pocos minutos, lo cual quedó registrado en los videos de cámaras de seguridad ubicadas en las cercanías del establecimiento.
A unos cien metros, en una casa abandonada en la calle Sarmiento 480, los amigos ingresaron y sólo uno de ellos salió de allí con vida. Una prima de Joaquín, junto a otros vecinos, encontraron el cuerpo en esa propiedad.
AS
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