Un día después del robo de un bote patrulla amarrado en el destacamento de San Ignacio, Misiones, la Prefectura Naval encontró oculto en la costa argentina el motor de la embarcación que había
El audaz hurto, sin precedentes en la zona, se produjo el lunes a la madrugada y todo indica que fue cometido por paraguayos que llegaron hasta la costa argentina en una embarcación a remos. La finalidad era apropiarse del motor Mercury de 60 HP, ya que el casco del bote identificado con las siglas BP5107, apareció a las pocas horas cerca de la localidad paraguaya de Puerto Paraíso, apenas unos kilometros aguas abajo de San Ignacio, frente al Parque Provincial Teyú Cuaré.
El robo de la lancha, habitualmente usada para el patrullaje en el río Paraná, fue advertida por los los prefectos el lunes entre las 4 y las 5 de la madrugada. La embarcación estaba en el amarradero del destacamento y en un primer momento se especuló con la posibilidad de que las amarras se hubieran soltado en forma accidental, provocando el desplazamiento aguas abajo.
Con la colaboración de otros destacamentos, se inició un rastrillaje en el río y se pidió la colaboración de la Armada de Paraguay. Una patrulla fluvial de esa fuerza encontró el bote de la Prefectura embicado en la costa del vecino país, pero sin el motor.
La búsqueda del impulsor continuó y los prefectos lograron encontrarlo recién este martes a la noche. El motor había sido escondido en costa argentina, unos cinco kilómetros aguas abajo del destacamento, un lugar conocido como Puerto Sánchez.
El hallazgo se produjo a partir de los datos aportados por informantes de la fuerza. Se cree que los delincuentes lo ocultaron en esa zona para “enfriarlo” antes de cruzarlo a Paraguay.
En la zona de San Ignacio el río Paraná corre encajonado entre enormes barrancas y los contrabandistas y narcotraficantes necesitan unos pocos minutos para llegar de una orilla a otra en canoas impulsadas a remos.
Los socios del Club de Pesca de San Ignacio -está muy cerca del destacamento de la Prefectura- denunciaron que sólo este año ya sufrieron el robo de casi una decena de motores fuera de borda del predio. La inseguridad los llevó a colocar cámaras de seguridad y contratar servicio adicional de la Policía, pero eso no frenó a los delincuentes que esta vez redoblaron la apuesta y se apropiaron de una bote de la Prefectura.
El hecho derivó en una causa penal con intervención del juez federal de Oberá, Alejandro Gallandat Luzuriaga. Desde la Prefectura de Zona Alto Paraná decidieron el relevo de todos los integrantes del destacamento e iniciaron un sumario administrativo para establecer las responsabilidades.
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