"Yo no maté a Anahí": Marcos Bazán, del rótulo de "femicida" a juntar latas para sobrevivir

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Marcos Esteban Bazán fluctúa. Está enojado pero sonríe. Sabe, con precisión, quiénes son los responsables de que su vida haya cambiado tantas veces. Quiere dejar todo atrás. Después de que lo

absolvieran, se fue al mar -dice- para buscar "tranquilidad". Ahora pasa los días entre las casas de sus amigos, haciendo artesanías o trabajos de joyería y hasta juntando latas "para tener un poco de dinero cuando no sale alguna changa". Espera, entre confiado y desesperanzado, recuperar lo que alguna vez soñó.

"Me siento bastante mejor que la última vez, que hace dos meses atrás. Me fui al mar para estar más tranquilo y volví lleno de tranquilidad, con las ideas acomodadas. Fui a pensar, a reflexionar. Tengo muchos proyectos, cosas para hacer", dice a Clarín a dos meses de que el Tribunal Oral N° 7 de Lomas de Zamora lo absolviera en un segundo juicio.

Otros tres jueces, en medio de la pandemia y en un juicio semi virtual, lo habían condenado a prisión perpetua al considerarlo responsable del femicidio de Anahí Benítez (16).

Anahí Benítez tenía 16 años.
Anahí Benítez tenía 16 años.

Después de que la organización Innocence Project lo representara ante una apelación en la Cámara de Casación de la Provincia de Buenos Aires, logró que anularan ese primer juicio, al que consideraron "plagado de irregularidades", y ordenaran la realización de un segundo proceso en el que, después de pasar cinco años detenido, consiguió su absolución.

Bazán tiene 40 años y llega con el casco en el codo. Los rulos, el pelo un poco largo y la cara cansada. Sonríe. Se contiene cuando empieza a enojarse aunque -reconoce- ese rencor fue el que lo sostuvo con vida adentro de la cárcel.

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Regresó a la casa de la Reserva de Santa Catalina, en Lomas de Zamora, en la que solía vivir, a 300 metros del lugar en el que encontraron el cuerpo de Anahí el 4 de agosto de 2017, seis días después de su desaparición.

El abrazo de Marcos Bazán con Nora Cortiñas, cofundadora de las Madres de Plaza de Mayo. Foto Maxi Failla.
El abrazo de Marcos Bazán con Nora Cortiñas, cofundadora de las Madres de Plaza de Mayo. Foto Maxi Failla.

"Fui a la casa, ahora está ocupada por la Municipalidad. Caminé por el lugar, fui al bosque. Vuelvo porque era mi casa, un lugar en el que yo estaba feliz. No tengo ningún problema con ese lugar, sí con las personas que me hicieron esto", dice a Clarín

Mientras recupera su vida o construye una nueva, Bazán espera que se termine por completo el proceso judicial que lo tuvo involucrado durante cinco años en la causa que investiga el femicidio de Anahí. Ocurrirá cuando las partes dejen de apelar y la absolución quede firme.

El 6 de agosto de 2017 se lo llevaron detenido. Fue después de que la Policía Bonaerense presentara una pericia de la División Canes en la que indicaban que "Bruno", el perro Weimaraner, había marcado su casa, lo que significaba, según los investigadores, que Anahí había estado allí.

Raquel, entrenadora canina, y Bruno, conocido como el "Messi de los perros policía", que fue reconocido por el Ministerio de Seguridad de la Provincia por su rol para atrapar a femicidas.
Raquel, entrenadora canina, y Bruno, conocido como el "Messi de los perros policía", que fue reconocido por el Ministerio de Seguridad de la Provincia por su rol para atrapar a femicidas.

Sobre esa "prueba" se construyó una investigación que terminó desmoronada por Casación y por la fiscal Mariela Monti, que en el segundo juicio decidió desistir de la acusación al considerar que no había elementos suficientes para involucrar a Bazán.

La desesperanza

El primer juicio empezó en febrero de 2020, poco antes de que se decretara el aislamiento por la pandemia de coronavirus. Cuando se suspendieron las actividades presenciales, y después de que se supiera que el principal acusado del crimen, Marcelo Villalba, no estaba en condiciones de afrontar el proceso, Bazán continuó siendo juzgado virtualmente.

La casa de Marcos Bazán. Está ubicada a 300 metros de donde hallaron enterrado el cuerpo de la adolescente.
La casa de Marcos Bazán. Está ubicada a 300 metros de donde hallaron enterrado el cuerpo de la adolescente.

-¿Cómo fue estar detenido?

-Fue muy desesperanzador cada minuto que pasé detenido. Estuve preso desde el primer momento y los medios empezaron a decir una serie de cosas que desinformaban. Eso contribuyó a la condena social, y después vino la decisión de los jueces. A medida que pasaba el tiempo era peor, decían Marcos Bazán esto, Marcos Bazán lo otro, me llamaban el femicida.

Mi vida corría peligro ahí adentro, porque yo estaba en la cárcel y estaba con personas que sí habían hecho macanas y escuchar mi nombre y mi apellido en los medios, más la causa que era...

Marcelo Villalba (izq.) y Marcos Bazán, en el primer juicio por el femicidio de Anahí Benítez. Foto Luciano Thieberger / Archivo
Marcelo Villalba (izq.) y Marcos Bazán, en el primer juicio por el femicidio de Anahí Benítez. Foto Luciano Thieberger / Archivo

-¿Sentías que corrías peligro?

-No sentía. Estaba en peligro, era así, literalmente. Para los medios yo era un violador y un femicida y para los códigos de la cárcel eso me ponía en peligro. Por suerte hubo detenidos que se solidarizaron conmigo, que me dieron consejos, que me hablaron. 

-¿Estás enojado? ¿Con quién?

Y... con los medios, con mi primer abogado, con  (la fiscal Fabiola) Juanatey, con (la fiscal Verónica) Pérez, con (el adiestrador Diego) Tula, con los jueces (Roberto Conti, Elisa López Moyano y Roberto Lugones del TOC N°7, que lo condenaron en el primer juicio). Ese conjunto de gente que se encargó de condenarme, ¿dijeron algo ahora? No, no dijeron nada, ni siquiera disculpas pidieron. Tampoco me serviría de nada, pero correspondería.

Una de las marchas de apoyo a Bazán en los Tribunales de Lomas de Zamora. Foto: Luciano Thieberger.
Una de las marchas de apoyo a Bazán en los Tribunales de Lomas de Zamora. Foto: Luciano Thieberger.

-¿En algún momento perdiste las esperanzas?

-Decía que mi fe y esperanza estaban totalmente perdidas, pero adentro mío había un poquito de esperanza porque siempre dije la verdad y no puede ser que se oculte la verdad para siempre. Y la verdad es que yo no conozco a Marcelo Sergio Villalba, la verdad es que yo no maté a Anahí. 

-Cuando se supo que Marcelo Villaba no estaba en condiciones de enfrentar el primer juicio, ¿tuviste miedo? 

-Sabía que iba a estar sentado en el banquillo de los acusados solo, escuchando todas las cosas que se dijeron de mí, yo solo. Me di cuenta de que todo estaba llevando a que me condenaran. Los jueces no dejaban trabajar a mi antigua defensa, mi antigua defensa se quejaba y los jueces nada, decían que todo estaba dentro de la legalidad. Ya había perdido completamente la esperanza, ya estaba preparado para ser condenado. Aunque en realidad nunca estás listo para que te digan perpetua. 

Marcos Bazán, durante la entrevista con Clarín. Foto Maxi Failla
Marcos Bazán, durante la entrevista con Clarín. Foto Maxi Failla

-¿Y qué te pasó cuando dijeron perpetua?

-Estuve solo, conectado por videollamada, con todas las irregularidades que hubo. La única persona que me apoyó fue una señora del Servicio Penitenciario. Fue desolador. Cuando terminaron de decir la sentencia, fue horrible, prácticamente no quería seguir viviendo. ¿Qué querés hacer después de conocer una perpetua? Te querés colgar.

-¿Y qué te sostuvo?

-Me sostuvo el odio y el rencor a todas esas personas que me condenaron.

Marcos Bazán hoy

Marcos Bazán divide los días entre las casas de sus amigos y la de su pareja. Quiere, con el tiempo, recuperar su trabajo en el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, de donde lo echaron "injustamente". Y cuando lo cuenta, parece más una reivindicación que un deseo.

"Un día normal me levanto y salgo de donde estoy y me voy a la casa de mis amigos, a veces hago un trabajo de joyería y junto latas también, un poco, para también tener un poco de dinero, a veces cuando no sale una changa hay que tener un poco de dinero", relata sobre su día a día.

Y explica: "El tema del trabajo es una lucha que tengo por delante. Me tienen que reincorporar por haberme despedido sin justa causa. Estoy peleando por la reincorporación a mi puesto de trabajo".

El conmovedor homenaje a Anahi Benítez en Lomas de Zamora.
El conmovedor homenaje a Anahi Benítez en Lomas de Zamora.

Bazán tenía una vida que parecía solitaria: su casa en el bosque, sus abejas y sus trabajos con hierro. Sin embargo, durante todo el proceso, lo rodearon sus amigos. Dice que ya no volvería a vivir en Santa Catalina, pero sí anhela la estabilidad de tener una casa, un trabajo, una rutina.

"Marcos está acá, en parte, porque sus amigos nunca le soltaron la mano y dieron vuelta cielo y tierra para sacarlo de la cárcel", dice Manuel Garrido, titular de Innocence Project Argentina, una organización que se dedica defender a personas condenadas injustamente.

A Bazán lo abrazaron esos amigos, pero también desconocidos y personas que nunca había visto pelearon por demostrar su inocencia. Fueron también desconocidos los que lo señalaron, lo acusaron y lo condenaron: "femicida y violador" fue la etiqueta. 

Pasó cinco años preso entre la Alcaidía 40 de Lomas de Zamora, el penal de Olmos y la Unidad 9 de La Plata. Ahí creó un centro cultural y dio clases de arte a otras personas en situación de encierro.

La reserva natural Santa Catalina, en Lomas de Zamora, donde mataron a Anahí.
La reserva natural Santa Catalina, en Lomas de Zamora, donde mataron a Anahí.

Las dudas de la mamá de Anahí

Bazán fue absuelto en primera instancia por el tribunal luego del segundo juicio. Ahora la mamá de Anahí Benítez, Silvia Pérez Vilor (60), presentó un recurso de apelación para llegar a la Cámara de Casación otra vez: para ella, Bazán tuvo algo que ver, al menos en el encubrimiento del crimen de su hija.

"Lo que se abre ahora es una etapa de discusión en la Cámara de Casación de la Provincia. Habrá una audiencia, diremos lo que tenemos que decir, contestaremos los argumentos de ese recurso que para nosotros son infundados. En el juicio se demostró que Marcos es inocente. Vamos a responder sobre eso", anticipó Garrido.

Silvia Pérez Vilor, con el retrato de su hija.
Silvia Pérez Vilor, con el retrato de su hija.

A Garrido lo contactaron los amigos de Marcos en 2017 luego de recurrir a organizaciones de derechos humanos para pedir ayuda. Como Innocence Project sólo defiende a inocentes condenados, no tomaron su caso pero sí presentaron un "amicus curiae" luego de la sentencia. Lo mismo hicieron otras agrupaciones.

"Nuestro foco de atención en el segundo juicio fue la prueba del perro. Los jueces que condenaron a Marcos llegaron a decir una barbaridad total: que la eficacia de esa prueba era casi tan confiable como la de una prueba de ADN, lo que demuestra una ignorancia absoluta sobre la ciencia, la genética forense... Además, sin prestar la mínima atención a la precariedad de este supuesto experto", repasó Garrido.

Para el presidente de Innocence Project, "toda la condena se edificó sobre la base de esa pericia, abonado por una interpretación sesgada de otros elementos que claramente desde el comienzo demostraron que Marcos no tenía nada que ver".

El lugar donde la hallaron asesinada a la adolescente.
El lugar donde la hallaron asesinada a la adolescente.

Camila Calvo, la co-defensora de Bazán, insistió sobre este punto: "Entre el primer juicio y el segundo la prueba era la misma, las conclusiones y los informes periciales estaban desde septiembre de 2017. El problema del primer juicio fue la tergiversación de qué era lo que se entendía de estos informes. Y los fiscales y los jueces terminaron inventando inferencias que surgían de esas pruebas pero que no existían".

En pleno fulgor del movimiento Ni Una Menos y a pocos días de las elecciones PASO de las legislativas 2017 desapareció la adolescente de 16 años, alumna de un colegio reconocido y con la participación activa de la comunidad educativa del ENAM de Lomas de Zamora.

El caso

El 16 de mayo el Tribunal Oral N° 7 de Lomas de Zamora decidió absolver a Marcos Bazán después de que la fiscal Mariela Monti desistiera de la acusación. Antes la Sala 1 de la Cámara de Casación penal de la Provincia de Buenos Aires había anulado la primera sentencia y ordenó que se volviera a hacer el juicio. El primer proceso se realizó entre febrero y mayo de 2020.

El sospechoso fue detenido el 6 de agosto de 2017 mientras que a Anahí Benítez (16) la despedían en el cementerio. La adolescente desapareció el 29 de julio y su cuerpo fue encontrado el 4 de agosto. Había pasado seis días con vida, privada de su libertad. Se comprobó, además, que fue víctima de un abuso sexual.

Marcelo Sergio Villaba (46) fue condenado a perpetua en el segundo juicio. Durante el primer debate no pudo ser juzgado porque, durante los tres años de prisión preventiva, el Servicio Penitenciario no había garantizado su tratamiento por una patología psiquiátrica.

El día de la dolorosa despedida de Anahí.
El día de la dolorosa despedida de Anahí.

Su responsabilidad en el crimen se comprobó por un examen de ADN: encontraron indicadores de abuso sexual en el cuerpo de Anahí y las muestras le correspondían. Llegaron a él por el celular de la adolescente. Villalba le sacó la tarjeta SIM y se lo regaló a su hijo.

Como los pedidos de informe que hizo la Policía para la empresa de telefonía celular estaban mal hechos y aportaron números de serie incorrectos, los resultados demoraron en llegar. Ese "error" administrativo ocurrió mientras Anahí todavía estaba viva en algún lugar que la investigación nunca develó.

En su alegato, la fiscal Monti pidió que se investiguen otras líneas que vincularían al "Gordo Maní", "El Chacal", "Robert" y "Barbi", como presuntos sospechosos.

EMJ

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