Las siete claves económicas a siete días de las PASO

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La cuenta regresiva ya empezó y las urnas están a la vista.A una semana de las PASO, las consultoras privadas fijan su atención en un escenario económico atravesado por las tensiones cambiarias,

el repunte de la inflación y la pérdida del poder de compra de los ingresos de las familias. La escasez de dólares y el cepo a las importaciones impacta en la actividad, pero, aun así, el consumo crece.

Restan apenas 7 días para las elecciones primarias. Con el objetivo de analizar 7 variables clave, Clarín convocó a Nery Persichini(GMA Capital), Andrés Borenstein (Econviews), Elisabeth Bacigalupo (Abeceb), Fernando Marengo (BlackTORO), Claudio Caprarulo (Analytica), Gustavo Neffa (Research for Traders), Matías Surt (Invecq) y Guillermo Oliveto (W). A continuación, un resumen de sus opiniones.

Dólar, brecha

Persichini: El dólar blue a $570 está lejos de los umbrales de pánico de corridas previas. Por ejemplo, el tipo de cambio récord de octubre de 2020 hoy equivaldría a $960 ajustado por inflación, mientras que el nivel de julio de 2022 equivale a $740.

Borenstein: Llegamos a las elecciones con brecha de 100%. Tener 4 años de cepo fue un despropósito. Es un colador y favorece el capitalismo de amigos. Un resultado favorable a la oposición puede inducir a una baja en la brecha, como señal que se viene un cambio de régimen. Pero si llegara a sorprender Massa, seguramente habrá una suba de los dólares y eso le va a complicar la existencia al Gobierno de cara a octubre.

Bacigalupo: Esta es una situación para el oficialismo mucho más desfavorable que la que enfrentó el entonces oficialismo en 2019. Con un supercepo cambiario y estricto control a las importaciones, hoy existe una brecha cambiaria superior al 100%. En el período previo a las PASO de 2019 no había ni cepo ni brecha.

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Neffa: El dólar seguirá con cepo y una gran brecha cambiaria. Menor que la actual del 100% si este gobierno y/o el que viene se deciden devaluar en forma de shock, aunque será imposible reducirla a cero por la falta de dólares en el BCRA.

Caprarulo: La presión alcista va a seguir porque hay un profundo desfasaje entre la oferta y la demanda de dólares.

Marengo: La incertidumbre que generan los procesos electorales incentivan la demanda de divisas para cobertura. A eso se le deben adicionar los impactos negativos de la sequía, la falta de políticas prudenciales y la incertidumbre por la aprobación final del acuerdo con el FMI y los desembolsos pertinentes.

Inflación

Caprarulo: Sin dólares no hay espacio para que se reduzca el aumento de precios. El interrogante es si el salto en la tasa de inflación de agosto va a dejarnos en un nuevo piso superior al 8% mensual. El mejor escenario es que no se llegue a los dos dígitos mensuales en los próximos meses.

Marengo: Luego de la desaceleración del mes pasado, es esperable una nueva escalada de la inflación por las medidas implementadas por el Gobierno, en sus intentos por evitar los impactos en precios de una devaluación del tipo de cambio oficial.

Borenstein: La inflación está en una velocidad crucero de 7%, que puede subir por razones estacionales (abril y mayo) o bajar (junio). En agosto volveremos a tener una sorpresa negativa con subas de regulados, carnes, impacto de un dólar blue. El problema es que además hay mucha inflación reprimida. Creemos que la inflación este año cierra entre 145 y 150%.

Actividad

Caprarulo: Después de un primer trimestre de crecimiento ya vemos en los indicadores caídas y estancamiento. Así como sin dólares no se puede bajar la inflación, tampoco la economía puede crecer. El desafío es administrar las demandas para que la caída sea la menor posible.

Borenstein: La economía está paralizada y esto va más allá de la sequía. La Argentina se ha vuelto un país sumamente difícil para hacer negocios. Industria del juicio, una administración tributaria muy compleja y regulaciones. Este año por la sequía el PBIcae alrededor del 3%.

Neffa: Después de un primer semestre muy recesivo por el impacto del campo, el segundo semestre también experimentará una nueva baja en torno al 3%, según el consenso de estimaciones de consultoras (REM). El año que viene es una incógnita: o le creemos al FMI que la Argentina crecerá 2,8%, o al consenso, que cree que caerá casi un punto porcentual. Todo dependerá de la política económica a aplicar.

Bacigalupo: Fuertemente impactada por la sequía, la economía llega a la PASO mostrando una caída del PBI del orden de 4,9% estimado en el segundo trimestre del 2023.

Surt: La actividad general se encuentra 1,5% más alta que en las pre-PASO 2021, aunque en dos años el crecimiento poblacional hace que ese PBI per cápita sea el mismo.

Marengo: La actividad económica se encuentra entre dos fuerzas contrapuestas. Por un lado, el PBI agropecuario en franca caida consecuencia de la sequía. Pero por otro, si uno analiza lo que está ocurriendo con la actividad no agrícola, el mismo muestra un fuerte resistencia a la contracción, algo que estaría asociado al desprendimiento de los pesos contra bienes, en un escenario inflacionario y con elevada incertidumbre.

Empleo

Borenstein: El empleo no anduvo mal en los últimos 2 años, pero se genera más empleo informal que formal privado. En la última década, el empleo público subió 25% y el empleo privado, 3%. Crece también el monotributismo, que en una parte muy grande es empleo de baja calidad.

Caprarulo: En los últimos años la creación de empleo fue una característica de la economía, pero en términos relativos el que más creció fue bajo contrataciones más precarias, con el formato de monotributo. Por lo tanto, a medida que caiga la actividad, el nivel de empleo va a reaccionar a la baja más rápido que en otros periodos.

Marengo: Con la actividad estancada hace 10 años y sin unas claras perspectivas de lo que pudiera ocurrir con la economía durante el año próximo, es difícil pensar en una recuperación del empleo y en especial del formal. El único empleo que podría estar creciendo es el menos formalizado, cuyo salario ajusta con el devenir de la economía.

Surt: En la peor situación se encuentran los trabajadores no registrados del sector privado, un subgrupo de unos 5,5 millones de personas. Estos ingresos se muestran bastante más volátiles que los de los registrados y suelen sufrir más en momentos de aceleración de la inflación. La ocupación está en niveles récord. Aunque esto en gran medida se explica por la existencia de programas sociales con contraprestación laboral y por un exceso de empleo público.

Salarios

Bacigalupo: En retroceso en términos reales (especialmente en el sector informal), a excepción de los salarios públicos, que en el último año registraron cierta recuperación real. Hoy el salario informal está en términos reales 46% debajo de fines de 2017, y formales, un 20%.

Caprarulo: En los primeros meses del año los salarios registrados vienen ajustando cerca de la inflación. El interrogante es cómo van a mantener esa dinámica los sindicatos si se acelera en los próximos meses.

Surt: La mayor caída se dio en los años 2018 y 2019, pero desde el nuevo gobierno algunos siguen cayendo y otros no caen más.

Persichini: Este año será probablemente el sexto consecutivo de caída en el salario real. Este derrotero dejó rezagada la capacidad de compra y ahorro de los argentinos. Tomando la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (RIPTE), los $302.500 brutos de junio son similares a los valores reales de 2011. La comparación en dólares (CCL) constantes es aún más brutal. El ingreso medio de US$560 es semejante a cifras de hace 18 años.

Marengo: Si bien se va intentando recomponer los ingresos vía paritarias o por ley (jubilaciones, pensiones, planes sociales), siempre hay que tener presente que de esta forma se ajustan los ingresos en términos nominales, pero lo que termine ocurriendo con su poder de compra (ingreso real) estará supeditado a las condiciones macroeconómicas. De esta manera, todos estos ajustes de ingresos nominales terminan siendo erosionados por la aceleración en la tasa de inflación.

Tasas

Neffa: Las tasas de interés, junto al nivel de salarios y el tipo de cambio, forman parte esencial de una economía para determinar su nominalidad la cual deriva en mayores o menores niveles de inflación. Hoy el Gobierno fuerza a los bancos a pagar 97% al minorista. Pero las tasas de referencia dependerán de la inflación, así como de la voluntad de querer ponerle un ancla al dólar, dos temas que nunca han funcionado a nivel estructural y que implica un serio costo para el Gobierno (y los bancos) en materia de intereses.

Caprarulo: El reciente entendimiento con el FMI hace hincapié en que la tasas de interés tienen que ser positivas en términos reales. Eso implica que si vemos un shock de precios, el BCRA debería actuar en consecuencia. Ahora bien, sus beneficios pueden ser bajos si las expectativas de devaluación se disparan. No va a haber tasa que alcance para contener la dolarización de la liquidez.

Persichini: Las tasas de la economía transitan por una zona nominal récord. Sin embargo, una vez descontada la inflación, el premio real de los pesos sigue siendo negativo, continuando una dinámica que estuvo presente el 70% del tiempo durante los últimos 20 años.

Marengo: Es esperable que se mantengan en los niveles actuales, dada la necesidad de restringir la circulación de pesos en la economía y su impacto sobre precios.

Reservas

Bacigalupo: Se llega a las PASO con un stock de reservas netas negativas en el BCRA de US$9.500 millones.

Caprarulo: Las reservas cayeron en US$20.000 millones y en años de elecciones el resultado del mercado de cambios entre agosto y noviembre tiene un promedio negativo de US$4.500 millones.

Neffa: No se podrá abrir el cepo, ni dolarizar si algún candidato lo quisiera hacer. Los motores de crecimiento vendrán del lado de la exportación de bienes primarios. Además de una cosecha, que debería ser superior al año de sequía que sufrió el país este año: petróleo/gas y minería (litio incluido), además de la economía del conocimiento.

Borenstein: El dólar oficial está totalmente atrasado, pero el dólar de mercado es tan alto por las distorsiones de la economía y el sinsentido de las restricciones a las importaciones y las regulaciones que entorpecen todo. Se convirtió en un imposible entender todas las regulaciones que existen para comprar contado, MEP, oficial. La realidad es que nadie quiere entrar plata al país por la falta de confianza: es el déficit más grande.

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