Avances y desafíos en el desarrollo de las energías renovables

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La energía verde avanza a pasos agigantados. La matriz está en pleno proceso de reconversión, en el mundo y también en la Argentina. Es un tema del futuro, pero también del presente:

se estima que alrededor del 14% de toda la energía que se consume en el país proviene de las energías renovables, es decir, generadas en parques eólicos y solares. El porcentaje se incrementaría notablemente si se computan las usinas energéticas “limpias”, como las centrales hidroeléctricas o el gas.

El desafío para la Argentina es cumplir los compromisos internacionales, que exigen que para 2030 el 30% del consumo total provenga de fuentes renovables. “Probablemente no lleguemos a los objetivos que estaban previstos en la ley, pero vamos a estar cerca”, coinciden los especialistas. Sin embargo, aclaran que el país tiene un potencial enorme para desarrollar un nuevo ecosistema energético mucho más amigable con el medio ambiente.

“Energías renovables: desafíos y oportunidades de la transición energética” fue el tema elegido para una nueva charla organizada por Clarín. En esta ocasión participaron Gustavo Castagnino, director de Asuntos Corporativos, Regulatorios y Sustentabilidad en GENNEIA; Martín Genesio, presidente y CEO de AES; Rubén Turienzo, director comercial de Energía Eléctrica de Pampa Energía; Claudio Cunha, country manager de Enel Argentina; Sebastian Villar Guarino, gerente general del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, Aeropuertos Argentina 2000; y el CEO de YPF Luz, Martín Mandarano.

El panel, conducido por Daniel Fernández Canedo y Luis Ceriotto, forma parte del ciclo “El mundo que viene”, que cuenta con el apoyo principal de Telecom, OSDE y DESA, además del sponsoreo de Afarte y Pan American Energy, y del apoyo de Aeropuertos Argentina 2000, AES Argentina, Edenor, ENEL, GENNEIA, Pampa Energía e YPF Luz.

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Tarienzo destacó que la transición energética en la Argentina ya empezó: “Ya llevamos tres o cuatro años de fuertes inversiones en energías renovables. Hoy estamos en una meseta por falta de capacidad de transporte”, dijo. “Tenemos muchos recursos, más con el aporte del gas, para seguir avanzando en este camino”, dijo. Pero Cunha aclaró que para completar la transición “también tenemos que hablar de cómo consumimos la energía”. Los expertos coinciden en que el problema principal es la demanda y no la oferta.

Un reciente informe de Cammesa (2023) indica que la generación hidroeléctrica cerró el 2022 con un incremento de generación del 25,2%, y las energías renovables con un 10,9%, respecto de 2021. En tanto el aporte de la energía nuclear registró una retracción del 26,6% y la de fuente térmica, un 9,2%. La potencia máxima alcanzada en 2022 es el récord del sistema, con 28.283 MW.

Cunha habló también del impacto ambiental del uso energético.Subrayó que en el mundo, “entre 74, 75% de la emisión de carbono (gases de efecto invernadero) se genera en el universo de la energía, incluida la energía combustible para mover los vehículos y también para producir electricidad y energía en general. En la Argentina, ese número es un poco menor, y ronda el 50%”.

¿Qué es la transición energética? Mandarano sostiene que es un gran desafío. “Estamos pasando de una industria que era intensivamente alta en emisiones de dióxido de carbono a una de baja emisiones. El gran objetivo de la industria es llevar un producto bajo en emisiones de carbono que sea confiable y que tenga un precio competitivo”, explicó.

Genesio remarca que cada vez hay más proyectos para generar energías renovables. “Las empresas estamos instalando parques eólicos y solares”, pero sostiene que eso no implica la ausencia de obstáculos. “Lo que hacemos es construirlos en los lugares donde podemos, no donde deberíamos”. Esto ocurre por la falta de infraestructura para transportar esa energía a los centros de consumo. “El cuello de botella está ahí”, dijo.

Castagnino pone como ejemplo lo que ocurrió con el gasoducto de Vaca Muerta. “Tenemos un problema de infraestructura”, insiste y agrega que el tema tiene que estar sobre la mesa “cuando se planifica un proyecto” de esa naturaleza, que son grandes obras a mediano y largo plazo”.

Las empresas en general demandan más energías renovables. El Mercado a Término de las Energías Renovables (Mater) presenta un alentador escenario para su desarrollo. Según la distribuidora Cammesa, en 2021 se contrataron en el Mater 3.433.482 MW/h a través de 2.334 contratos. La cifra podría crecer si hubiera disponibilidad de despacho, es decir, capacidad en la red de transmisión para habilitar nuevos proyectos.

Las compañías en general, multinacionales y locales, incorporan en su agenda el uso cada vez mayor de energías no contaminantes. Villar Guarino explica que “hay muchas industrias que tienen apetito”, entre ellas la suya, que opera en el país 35 aeropuertos y 53 a nivel global.

“En algunos vamos a avanzar en ese sentido y hay una demanda neta que todavía puede crecer”, detalla el alto ejecutivo. De todos modos, aclara que “la clave es la competitividad de esa energía”, es decir que “tiene que llegar a valores competitivos para empresas exportadoras o que dan servicios a nivel internacional”. Igual, explica que avanzaron en reducir el consumo con nuevas luminarias, calefacción inteligente y cargadores para vehículos eléctricos. “En 2 años, logramos reducir el consumo un 20% en Ezeiza”, dijo.

La industria se pone las pilas La industria energética está en plena ebullición. La Argentina registró el año pasado 91 operaciones de fusión y adquisición de compañías, según un informe de KPMG. Es la cifra más alta desde 2018. Solo en el cuarto trimestre de 2022 se registraron en el mercado 25 operaciones. Este crecimiento se traduce en más gente trabajando para el sector.

Un informe de la organización internacional del trabajo (OIT) detectó que el empleo mundial en el sector de las energías renovables creció a 12,7 millones de puestos de trabajo en 2022, lo que representa 700.000 nuevos empleos en tan solo un año.

Turienzo explica que el concepto de energías limpias es mucho más abarcativo que multiplicar los paneles solares o los molinos eólicos. El ejecutivo sostiene que en su opinión “frente al resto de los hidrocarburos, el gas es energía limpia y es súper abundante en la Argentina”. Con esa fuente “podemos tener generación térmica muy eficiente”, finalizó.

A pesar de la crisis económica y las dificultades crónicas del país, la industria energética avanza en el proceso de reconversión de la matriz. Una de las ventajas es el abaratamiento de las tecnologías y el acceso a los mercados de capitales para financiar nuevos proyectos. En cuanto a costos, Cunha dice que el costo de producción de energía eólica o solar cayó 90% en los últimos 15 años.

”Pero esto -sostuvo- no es un tema de tecnología. Lo que necesitamos, particularmente en la Argentina, es que podamos normalizar el sistema de precios relativos para poder dar las señales correctas a la demanda, que puedan orientar el cliente a sumarse” a la movida.

Recursos y financiamiento Mandarano, a su turno, habló de los valores de la energía en el mercado local. “Considero que estamos en un precio competitivo y bajo en huella de carbono, con lo cual el producto energético que les brinda hoy la industria eléctrica a las empresas es un precio competitivo con respecto a otros países”, dijo, pero agrega que la Argentina tiene recursos. “Por eso el desafío de la industria es convertir ese recurso sin valor”, concluye.

Castagnino comenta que en materia de financiamiento en inversiones, el panorama es muy promisorio. “No quiero compararme con otros sectores, pero la verdad es que cuando hablamos de los números de la energía, son números muy grandes. Pero hay mucho financiamiento disponible a nivel internacional y a buenas tasas”, detalló el alto ejecutivo.

Genesio cree que la Argentina tiene la tarea pendiente de “desarrollar un plan de infraestructura que le permita al sector instalar los proyectos donde el recurso está y no donde se puede”. “La voluntad de las empresas de invertir en este sector es muy alta. El financiamiento está, solo falta la infraestructura. El sector público está enfocado también en esto.Es consciente de que este es un problema que hay que resolver”, concluyó.

Turienzo planteó un panorama optimista. “Primero, tenemos que organizarnos como país hacia las famosas políticas de Estado, que trasciendan una administración. Yo rescato algo parecido a una política de Estado, que fue la ley de energía renovable. Se votó por unanimidad cuando antes no había nada.En este caso, la política se alineó en un 100%”, concluyó el alto ejecutivo.

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