La empresa Swift Argentina, principal faenadora de hacienda propia de la Argentina con unas 40.000 cabezas por mes, decidió suspender sus operaciones en las plantas ubicadas en las localidades santafesinas de Villa
La decisión llegó tras la pronunciada suba en el precio de la hacienda en pie, que tras la devaluación del 22 por ciento del peso ya aumentó cerca de un 25 por ciento, que se suma a un alza del 30 por ciento que había acumulado en las dos semanas previas a las PASO.
Desde la empresa, que destina el 70 por ciento de su producción al mercado externo, afirman que la tendencia de precios internacionales va a contramano de esta suba de la hacienda y que el mercado interno tampoco está en condiciones de absorver la diferencia, por lo que decidieron frenar la faena por quince días, con la posibilidad de extender el parate.
Desde la cadena productiva afirman que el alza en el precio de la hacienda es una actualización de valores que venían atrasados respecto de la inflación debido a una sobreoferta provocada por la sequía. Esa sobreoferta que marcó la cancha durante el primer semestre del año, y que ayudó a contener los precios de la carne por debajo de la inflación, está virando a una fase de escasez. La llegada de lluvias hace que los productores retengan más animales en sus campos para agregarles kilos a pasto. Además, los animales que llegan a faena lo hacen con menos cantidad de kilos por el encarecimiento del maíz en las últimas semanas. Y a esta incipiente tendencia a la escasez de oferta -que según afirman se mantendrá hasta fin de año- se agregó esta semana la devaluación del 22 por ciento, que encarece el maíz y por lo tanto el costo del engorde de hacienda.
El fenómeno se hace sentir en las carnicerías, donde el kilo de vacío aumentó unos 400 pesos en la última semana y ya promedia los 2.799 pesos, mientras que la tapa de asado subió 200 pesos hasta los 2.399 pesos por kilo. Pero desde el sector frigorífico aseguran que no es viable trasladar toda el alza de la hacienda al precio de la carne, y que el achicamiento del margen pone en aprietos a la industria.
Swift es propiedad del grupo Minerva Foods, que cuenta con plantas industriales y centros de distribución en los cinco continentes, y esta decisión de la filial local es una fuerte señal para un mercado en plena fase de reacomodamiento y para un Gobierno que analiza medidas con el objetivo de contener los precios de la carne.
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