Cumbre de los BRICS: un gran ‘giro copernicano’ en el sistema internacional

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La última Cumbre de los Brics constituye un punto de inflexión, en el sentido en que incide, de una manera decisiva, hacia un sistema internacional multipolar, con la presencia de diversos

actores, y no con la hegemonía de uno solo de ellos: Estados Unidos.

Esto encaja perfectamente en los lineamientos tradicionales de los Brics, en términos del cuestionamiento a los mecanismos de gobernanza, no solo financiera, sino también de los mecanismos asociados a las Naciones Unidas hegemonizados por Occidente, y plantea la necesidad de impulsar una perspectiva multipolar en el desarrollo de la dinámica internacional.

La Cumbre, entonces, apuntó a dos elementos fundamentales: en uno de ellos logró avanzar, mientras que en el otro todavía está pendiente. El primero es la expansión de los Brics. Se invitó a seis países más, con lo cual, a partir del 1° de enero de 2024, van a ser 11 los países miembros.

La invitación de los nuevos –y hay una larga lista de espera adicional, que incluye a más de veinte países– mantiene un equilibrio geográfico y económico. Y, también, existe un equilibrio en términos de la mayor o menor radicalización frente a los alineamientos internacionales.

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¿Qué quiero decir con esto? Por un lado, se han incorporado dos países de África, como Egipto y Etiopía, que, a pesar de tener sus diferencias, constituyen el componente africano que ya se venía planteando. Por otro lado, se incorpora Argentina, otro país latinoamericano. Y a su vez, el conjunto de los países del Golfo Pérsico; Arabia Saudita, los Emiratos Árabes e Irán, que hacen un aporte fundamental en términos de la capacidad energética, además en los aspectos financieros.

Es llamativo que no ha habido incorporación de más actores asiáticos, porque, de alguna manera, los Brics reflejan una dinámica que surgió con la Organización de Cooperación de Shanghái.

En términos de paridad del poder adquisitivo, los Brics, en su formato original, habían superado al Grupo de los Siete (países industrializados encabezados por Estados Unidos). Con la ampliación, desde luego, la brecha se amplía.

Se han podido limar asperezas entre China y la India, a pesar, no solamente de la competencia, sino de las disputas territoriales pendientes. Vamos a ver una visión mucho más centrada en los temas de desarrollo sustentable por parte de Brasil, de Sudáfrica y de India. Vamos a ver que, en los tres últimos casos, estos países no necesariamente se vuelcan a favor o en contra de una posición, sino que establecen vínculos con distintos bloques.

Lo interesante es que la expansión muestra que el multipolarismo también aparece en los Brics, en términos de que hay posiciones diversas. Vamos a ver matices muy distintos en las posiciones frente al sistema internacional: desde los más radicalizados de Rusia o las aspiraciones de China. Estos (Rusia y China) son los dos actores con mayor peso en la aspiración a que los Brics tengan una proyección global.

El segundo punto relevante dentro de la reunión, y en el que se avanzó, pero no en el sentido que se esperaba, es el tema de la desdolarización. Se habló, para más adelante, de la construcción de una moneda alternativa, lo cual ha sido promovido por Brasil, pero no ha encontrado tanta receptividad por parte de otros actores.

Estamos en los atisbos de la creación de algún tipo de mecanismo financiero que pueda actuar como contrapeso a la hegemonía del dólar.

En cuanto a la condena de Rusia: no hay una condena a Rusia. Moscú participó en el evento a través de la virtualidad de su presidente, Putin. Y más bien lo que hay es una insistencia a promover el diálogo.

Los Brics aún tienen mucho camino por andar, pero es fundamental entender que se ha dado un paso decisivo en la transición global hacia un mundo multipolar. De esta manera va a ser recordada esta cumbre: como un giro copernicano en el sistema internacional.

*Analista internacional y autor de Guerra y transición global.

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