Sorpresa en las urnas

Internacionales
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En Guatemala y en Ecuador las urnas tuvieron sorpresas. En ambos casos, a la sorpresa la dieron outsiders con apellidos conocidos. El hijo de un prócer de la

accidentada democracia guatemalteca, y el hijo de un magnate de la industria bananera que fracasó cinco veces intentando convertirse en presidente de los ecuatorianos.

Los dos outsiders con prosapia enfrentaron a dos mujeres que expresan a las principales izquierdas en sus respectivos países. Ambas creían tener la victoria asegurada, pero se les cruzaron outsiders que, a último momento, modificaron el tablero electoral de manera drástica. La primera señal de ambición desmedida de poder, Sandra Torres la dio al divorciarse en el 2011 de su marido, el ex presidente Alvaro Colom, porque ese parentesco le impedía postularse a la presidencia en aquel momento.

Ahora la ex primera dama guatemalteca Sandra Torres buscaba por tercera vez lo que no logró en el 2015, al ser derrotada por Jimmy Morales, y en el 2019, cuando la venció Alejandro Giammattei. Esta vez el camino parecía despejado, pero en la primera ronda apareció de la nada Bernardo Arévalo, un sociólogo con carrera diplomática que, hace pocos años, fundó el Movimiento Semilla para luchar contra la corrupción y la arbitrariedad que carcomen al Estado guatemalteco.

Elecciones en Ecuador

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Era un desconocido, a pesar de que su padre es un prócer de la democracia en Guatemala. Juan José Arevalo fue el primer presidente democrático de ese país centroamericano y su política reformista intentó corregir brutales desigualdades sociales, senda por la que continuó su sucesor, Jacobo Árbenz, quien fue derrocado por un golpe de Estado que incluyó bombardeos norteamericanos y fue organizado por la CIA y propiciado por la multinacional bananera United Fruit.

El presidente electo de Guatemala nació en Uruguay, país donde se había exiliado su padre tras el sangriento golpe que depositó en el poder a un personaje patético y oscuro: el coronel Castillo Armas. A pesar de ser hijo de un ex presidente, Bernardo Arévalo se lanzó a la carrera electoral siendo prácticamente un desconocido para los guatemaltecos. Sin embargo, pronto se lo percibió como el único candidato verdaderamente decidido a librar una lucha frontal y total contra la corrupción enquistada en el Estado y en la calamitosa clase dirigente de Guatemala.

Elecciones en Ecuador

Sandra Torres no fue tan clara y creíble como Bernardo Arévalo explicando la decadencia moral y la arbitrariedad que caracteriza a la dirigencia tradicional y que el presidente Giammattei llevó a su máxima expresión. Peor aún: cuando las encuestas mostraron que quien había entrado con ella al ballotage tenía grandes chances de imponerse, Sandra Torres no tuvo pruritos políticos ni éticos y se alió con el establishment decadente y corrupto, mostrando ser capaz de cualquier cosa para no ser derrotada por tercera vez. Fue más lejos todavía al acusar a su contrincante de ser un ultraizquierdista. Se convirtió, de ese modo, en un patético eco de la acusación de “comunista” que la United Fruit lanzó contra su padre y contra Jacobo Arbenz, para justificar las conspiraciones y el golpe de Estado que desestabilizó a toda Centroamérica y el Caribe, iniciando en la región el periodo de calamidades políticas y sociales que llega hasta la actualidad.

La dirigencia enquistada en el poder intentó, primero, impedir su candidatura invalidándola desde la Justicia Electoral. Al fracasar estos complots, se unió para que la candidata izquierdista lo derrotara. Pero nada pudo impedir que Bernardo Arévalo ganara la presidencia. Su sorpresivo y también sorprendente victoria, suena a venganza de la historia por las injusticias y padecimientos sufridos por su padre y por Árbenz a mediados del siglo pasado.

Elecciones en Ecuador

Posiblemente, en Ecuador termine ocurriendo lo mismo. En la primera vuelta se impuso Luisa González, la candidata de Rafael Correa y su partido, Revolución Ciudadana. Sin embargo, quien quedó mejor posicionado fue el candidato que, sorpresivamente, despegó del penúltimo puesto en todas las encuestas y salió segundo, consiguiendo el boleto al ballotage. Y en esa votación, es posible que al correísmo le ocurra lo mismo que en la anterior elección presidencial.

En los comicios del 2021, el candidato designado por Rafael Correa ganó cómodamente la primera vuelta, con casi el mismo porcentaje de votos que ahora obtuvo Luisa González. Pero en el ballotage, Andrés Arauz fue derrotado por el conservador Guillermo Lasso, quien había quedado en segundo lugar a casi catorce puntos de distancia.

Elecciones en Ecuador

En esta oportunidad, quien entró sorpresivamente a la segunda vuelta obtuvo cinco puntos porcentuales más que lo obtenido por Lasso hace dos años. Por lo tanto, las chances de imponerse en la votación final que tiene Daniel Novoa podrían ser mayores que las que tenía el actual presidente en los comicios del 2021.
¿Por qué Daniel Novoa logró pasar a la segunda vuelta, superando ampliamente a Christian Zurita (quien ocupó la candidatura que quedó vacante por el asesinato de Fernando Villavicencio) y al demagogo Jan Topic y su promesa de aplicar el método del salvadoreño Nayib Bukele para acabar con el delito en Ecuador? Porque ese joven empresario que no figuraba con chance alguna en ninguna encuesta, fue quien se lució en el debate entre los candidatos.

Con sólo 35 años, el candidato del partido Acción Democrática Nacional (ADN) mostró inteligencia y su mensaje llegó, sobre todo, a una juventud que no espera nada de la dirigencia tradicional y busca nuevos líderes que generen oportunidades económicas. Igual que el kirchnerismo en Argentina, el correísmo tiene en Ecuador el piso más alto de votantes, aunque también el techo más bajo.

Elecciones en Ecuador

Por lo tanto el candidato “no-correísta” que entró al ballotage puede, como Lasso en el 2021, aglutinar los votos que en la primera ronda se repartieron entre todos los postulantes que confrontan al ex presidente. Como John Kennedy en el histórico debate televisado en el que apabulló a Richard Nixon, Noboa desplegó su capacidad y preparación profesional, convirtiendo el debate entre candidatos en su plataforma de despegue.

El magnate bananero Alvaro Noboa, empresario con vocación política y filiación conservadora, fue candidato presidencial en cinco oportunidades, perdiendo en todas. Su hijo se postula por primera vez, con la propuesta de desarrollar la economía desde ideas novedosas y situándose por encima de “la grieta” que parte la sociedad entre correístas y anti-correístas. Pero es precisamente esa “grieta” la que podría llevarlo hasta el despacho principal del Palacio Carondelet.

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Elecciones en Ecuador | Foto:CEDOC

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