Jubilaciones: un bono que puede no resistir la inflación que se viene

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En apenas 2 semanas, el Gobierno tuvo que reemplazar el anuncio del bono de $ 27.000 para los jubilados de haberes mínimos por otro de $ 37.000. Y como el bono se extiende

hasta noviembre, nadie puede descontar que se necesite un bono adicional antes de diciembre, si la inflación se dispara por encima del 10/12% mensual. 

Así el bono de $ 27.000, que tanto solo el 10 agosto fue anunciado como un aumento real de los haberes mínimos, sucumbió antes de ser cobrado, obligando al Gobierno a reformularlo, sin ninguna garantía de que alcance a compensar la pérdida de los meses anteriores y la “nueva” inflación de aquí a noviembre.

La jubilación mínima más el bono comprende a 5,1 millones de jubilados y pensionados. Y se agrega el aumento de $ 4.056 a $ 18.000 el reintegro a los jubilados que cobran el haber mínimo por las compras pagadas con tarjetas vinculadas a las cuentas bancarias en las que reciben sus haberes. 

En tanto, los que no cobran el bono – más de 2 millones de jubilados y pensionados- no tienen ninguna compensación y absorben la pérdida completa ante la inflación que podría significar una caída de más del 20% en apenas 11 meses.    

Con relación a septiembre de 2017, entre lo perdido con Mauricio Macri y Alberto Fernández, el deterioro de estos más de 2 millones de jubilados y pensionados podría rondar el 50%. Para el resto el deterioro, incluyendo el bono, es del 25%.

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La jubilación mínima de agosto es de $ 70.938 (brutos) más $ 20.000 de bono. En total $ 90.938. Con una movilidad promedio del 23,29%, la jubilación mínima pasaría a unos $ 87.460. Y con el bono de $ $ 37.000, el ingreso total en septiembre, octubre y noviembre sería de $ 124.460. 

En diciembre 2022, la jubilación mínima más el bono sumaron $ 60.124 versus los $ 124.460, representa un alza del 107% en 11 meses muy por debajo de la inflación esperada hasta noviembre que superaría el 125%.

Para los que no perciben ningún bono, las cuentas son catastróficas porque podrían perder hasta más del 20% en tan sólo 11 meses.

En marzo la movilidad fue del 17,04% y en junio del 20,92%. Eso arroja un acumulado a junio del 41,5% versus una inflación en el semestre del 50,7%. Con la suba del 23,29% durante septiembre, octubre y noviembre el acumulado es del 74,45 % entre 9 y 11 meses. Son 50 puntos menos que la inflación esperada.


 De ser una compensación “por única vez” o “extraordinaria”, por la disparada inflacionaria esos bonos pasaron a ser permanentes y en valores ascendentes, con la novedad ahora de 2 anuncios en un solo mes. .

Luego de la pérdida del 19,5% de los haberes jubilatorios entre septiembre 2017 y noviembre 2019, durante el anterior Gobierno, el bono previsional para los que cuentan con haberes más bajos debutó con el actual Gobierno “por única vez” en diciembre 2019.

Luego hubo bonos en 2020 y 2021. En 2022, se hicieron más frecuentes. Y a partir de septiembre se repitieron todos los meses.

Eso pasa porque la fórmula de movilidad – que combina salarios con recaudación tributaria que va a la Seguridad Social- no tiene una cláusula de garantía o compensación automática frente a la inflación. Y los bonos solo los reciben los jubilados y pensionados de haberes más bajos, achatando la pirámide de ingresos del sistema.

Además, esos bonos no se integran al haber. Solo compensan a un sector de jubilados una parte del alza de precios del mes o meses en que se cobran, pero al mes o meses siguientes el ingreso total del jubilado vuelve al nivel pre-bono y se requiere que se otorguen nuevos bonos que pasan a ser más frecuentes.

Por otro lado, los bonos no se toman en cuenta para los futuros incrementos de los haberes ni para el cálculo del aguinaldo. De esta manera, la pérdida jubilatoria continua “de por vida”.