La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, con una anticipación que ronda los 30 días en el caso de los
granos y llega hasta 90 días en aceites y harinas proteicas, dependiendo también del momento de la campaña y del producto en cuestión. La liquidación está muy variable y se ve afectada por las variaciones de los precios internacionales, la retracción de la oferta, el volumen y valor proteico de las cosechas, las condiciones climáticas, las modificaciones regulatorias, las barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, las exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países y medidas de fuerza sindicales, entre otras.