Esa imagen es por el naufragio de los migrantes, que buscan llegar a Europa desde Túnez, Libia o Egipto, en pequeños barcos de fortuna, abandonados en el mar por los traficantes
o a merced de los barcos de la ONGS, que los rescatan en el mar, tras un camino peligroso y brutal para hombres, mujeres y niños nacidos en la fuga y pocos puertos los aceptan fácilmente.