La política oficial de la Unión Europea para el conflicto israelí-palestino es un delicado juego de equilibrios y los países europeos se dividen en tres grandes grupos: los que reconocen al
Estado de Palestina (Suecia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria, Grecia), los que no la reconocen pero mantienen embajadas en territorio palestino (Alemania, Portugal, Irlanda, Finlandia, Austria, Lituania y Eslovenia) y los que sólo mantienen limitados contactos diplomáticos (España, Francia, Italia, Dinamarca, Croacia, Letonia, Estonia).