Por Elena Beatriz Zabala|La sociedad de Resistencia, como los trabajadores municipales, debe ejercitar la memoria de lo que significaron los cuatros años del
actual intendente, Gustavo Martínez, quien apoya a su esposa Eli Cuesta para continuar con el modelo que viene destruyendo la ciudad, el entramado social y la administración municipal.
A la hora de sufragar, tengamos presentes las obras inconclusas o que no representan una aproximación al presupuesto de obra, el abandono en los servicios esenciales, las calles oscuras e intransitables, las megas fiestas como símbolo del despilfarro, la precarización salarial como laboral, la destrucción del municipio.
Los jubilados municipales no vamos a olvidar el maltrato del intendente cuando iniciamos pacíficamente nuestro reclamo al municipio, ejerciendo nuestros derechos con respeto y educación, tanto para lo institucional como para con los ciudadanos, pues el intendente nos contestó con candados en la casa de la democracia ciudadana, faltando el respeto a nuestra condición de edad y de haber trabajo más de 35 años en ese edificio.
Sufrimos los cuatros años la soberbia, el autoritarismo y la insensibilidad de quien promueve a su esposa para continuar con este modelo de impuestazos, vaciamiento y ajuste.
A tener memoria ciudadanos.
Todos nos merecemos una ciudad diferente a la que nos deja y propone continuar la familia Martínez- Cuesta.
