La isla paradisíaca de Nueva Zelanda que es furor entre los inmigrantes argentinos

Sociedad
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Milagros Lanfranconiy su pareja, Juan Cruz Gaitán, también obtuvieron trabajo rápidamente. “Al segundo día de haber llegado, tuvimos tres entrevistas para puestos full time”, relatan. Y al igual que el resto,

no dejan de asombrarse del orden y la seguridad. “Nunca cerramos la puerta de nuestra casa ni existe la sensación de andar con miedo”, dice Milagros. “Vivir acá nos cambió la vida. Una vez que te acostumbrás a la comodidad y la seguridad que sentís, ya sería muy difícil volver atrás”, señalan.