Espir tenía cuatro hijos y estaba casado con Susana Menéndez. Y aunque desde hacía años se dedicaba a la política, nunca dejó de trabajar en su farmacia por las tardes. Tampoco
abandonó jamás su pasión, el andinismo. En sus redes sociales mostraba todos sus intereses y gustos: familia, amigos, política, y excursiones.