En el frente, a las afueras de Bajmut, Ucrania, una comandante de 32 años de un pelotón de artillería ucraniano se balanceaba de un lado a otro en el asiento del
copiloto de un Lada destartalado, mientras otro soldado conducía el auto a través de un denso bosque, derribando a veces árboles jóvenes.