William es extremadamente tozudo. Pero ante la duplicación de trabajo por el cáncer de su padre, el rey Charles III y la enfermedad “por la operación abdominal” de Kate, aceptó un
mayordomo, que se ocupe de su ropa, sus uniformes y condecoraciones, que debe portar en cada ocasión. Eligió un veinteañero, que había trabajado antes con su abuela, la reina fallecida. También contrató a un ex diplomático del Foreign Office como secretario privado.