En suma, no hay error más letal en Medio Oriente —y por extensión en el mundo— que subestimar a Israel y a su primer ministro, que en términos políticos surgió de
una de las dos fuerzas fundadoras del Estado, el sionismo revisionista, creado por Zeev Jabotinsky. Y que a través del Betar, el Irgún, el Herut, y el actual Likud, se ha convertido en uno de los protagonistas esenciales de la historia de guerras y conflictos del Estado.