Brasil se sube al tren de las políticas industriales activas

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La ventaja que tienen los historiadores sobre los periodistas es que el paso del tiempo les ofrece una perspectiva que no está al alcance de quienes tienen plazos inmediatos. Pero el

año está a punto de terminar, lo que constituye un plazo firme si el objetivo es situar 2023 en perspectiva. “Historia instantánea” bien puede ser un oxímoron, pero merece la pena el esfuerzo, especialmente en un año que será recordado como uno definido por la guerra.

Destacan dos guerras en particular. La primera es la continua agresión de Rusia en Ucrania. Aunque Ucrania continuó resistiendo a las fuerzas rusas y sigue siendo un país viable e independiente que controla aproximadamente el 80% de su territorio, la tan esperada contraofensiva ucraniana no logró gran cosa. En conjunto, el segundo año de esta costosa guerra se conocerá menos por lo que cambió en el campo de batalla que por lo que no cambió; el mapa no parece tan diferente en diciembre de lo que era en enero. Mientras tanto, aparecieron algunas grietas en el apoyo a Ucrania tanto en Europa como en Estados Unidos.

La segunda guerra la inició Hamas contra Israel el 7 de octubre. Sorprendiendo a las fuerzas de inteligencia y defensa israelíes, los salvajes ataques terroristas de Hamas mataron a más de 1.200 personas, y otras 240 fueron tomadas como rehenes. La mayoría de las víctimas eran civiles.

Israel declaró como objetivo la eliminación de Hamas y desde entonces ha atacado duramente Gaza, primero por aire y luego por tierra, matando hasta ahora a casi 20 mil personas y desplazando a casi 2 millones. En su tercer mes, la guerra no da señales de terminar. Cuando lo haga, es probable que se produzca la ocupación israelí de Gaza, pero se desconoce qué sucederá después. Las perspectivas de paz y de un Estado palestino parecen más remotas que nunca.

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No es sorprendente que la relación bilateral más importante de esta era, entre Estados Unidos y China, también dominara los titulares en 2023. El año comenzó con un globo espía chino que atravesó Estados Unidos, lo que llevó a este país a derribarlo. Las relaciones entraron en una especie de profundo congelamiento hasta que se reanudaron los contactos de alto nivel durante el verano, que culminaron con una reunión entre el presidente Joe Biden y el presidente Xi Jinping en San Francisco en noviembre.

Ambos líderes desean una relación más tranquila, aunque por razones muy distintas. China espera mejorar sus lazos económicos, mientras que Estados Unidos quiere evitar que China agrave las turbulencias mundiales con agresiones en el estrecho de Taiwán o en el mar de la China Meridional, o prestando ayuda militar a Rusia. Sin un planteamiento común de los grandes temas de actualidad, la relación será, en el mejor de los casos, inestable.

Dicho esto, es importante señalar dos cosas que no ocurrieron en 2023. No hubo ninguna crisis en Taiwán ni ningún incidente que amenazara con provocar un conflicto entre China y Estados Unidos. China terminó el año centrándose sobre todo en su economía y en iniciar una transición necesaria hacia un crecimiento impulsado por la demanda interna. Dada la reticencia de los hogares chinos a gastar en lugar de ahorrar, será una transición difícil.

Tampoco hubo crisis en Corea del Norte. La séptima prueba nuclear, ampliamente prevista, no llegó a materializarse. No está claro por qué Kim Jong-un se abstuvo, pero lo que sí está claro es que Corea del Norte siguió aumentando la cantidad y calidad de sus fuerzas nucleares y de misiles, e incluso consagró su ulterior desarrollo en una enmienda constitucional.

Lo que tampoco se produjo fue ninguna respuesta concertada a estos acontecimientos por parte de Corea del Sur, Japón o Estados Unidos, aunque este país intentó disipar la creciente preocupación en Corea del Sur sobre la fiabilidad de la disuasión ampliada.

El año también será recordado por ser el más caluroso jamás registrado. Líderes mundiales, directores ejecutivos, grupos de presión y activistas se reunieron en Dubai con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28). Pero el desajuste entre sus esfuerzos y la urgencia del problema planteó cuestiones más preocupantes sobre la voluntad del mundo de unirse para abordar lo que podría resultar ser el reto definitorio del siglo.

La inteligencia artificial tuvo un año decisivo en 2023, al obtener un amplio reconocimiento público como tecnología transformadora. Se han dado algunos pasos vacilantes hacia la regulación, pero la IA evoluciona más rápido de lo que los gobiernos pueden comprender sus implicaciones, y los responsables políticos son cautelosos a la hora de cerrar aplicaciones potencialmente beneficiosas. En consecuencia, es más probable que el mundo se vea afectado por la IA que por su desarrollo.

El populismo siguió siendo el rasgo político dominante del año. Los outsiders, o los insiders que actuaron como outsiders, tuvieron un buen año. Esto se aplicaría a los líderes actuales en India y a los nuevos en Argentina, Países Bajos y Eslovaquia. Independientemente de sus circunstancias objetivas, hay más gente frustrada y pesimista que contenta y optimista.

Sin embargo, podemos terminar con una nota optimista. La economía estadounidense fue un raro punto brillante en 2023, con un descenso de la inflación y un crecimiento económico constante. De hecho, el año terminó con los mercados bursátiles cerca de máximos históricos, debido a la creencia de los inversores de que la inflación podría reducirse sin desencadenar una recesión. Las perspectivas de un aterrizaje suave parecían brillantes.

El acontecimiento más sorprendente del año podría haber sido el acercamiento entre Japón y Corea del Sur. Con la ayuda de la creativa diplomacia estadounidense y gracias a la voluntad del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, y del primer ministro japonés, Fumio Kishida, de asumir ciertos riesgos políticos, la relación bilateral se ha estrechado más que nunca desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En un mundo en el que se nos ha recordado la realidad de la guerra, ha sido reconfortante ver a estos dos antiguos enemigos entrar en una nueva era. Es un grato recordatorio de que aún son posibles resultados positivos.n

*Presidente emérito del Consejo de Relaciones Exteriores y consejero principal de Centerview Partners. Fue director de Planificación Política del Departamento de Estado de EE.UU. (2001-03). Copyright Project-Syndicate.

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